TRASNFORMACIONES COLECTIVAS
Innovadores Locales, un viaje hacia el impacto colectivo

Después de seis meses de trabajo conjunto, el Programa de Innovadores Locales demostró, una vez más, que los grandes cambios comienzan en lo local. Con más de 60 equipos de América Latina y África, este espacio de cocreación dejó aprendizajes, soluciones y redes que seguirán transformando comunidades por mucho tiempo.

Por Nicole Fusilier y
Danila Pagano Bianchini (*)

Innovación que trasciende fronteras

Cuando se inició el Programa de Innovadores Locales (PIL) desde RIL, en 2017, se sabía que sería un desafío, pero también una gran oportunidad. Desde el primer día, quedó claro que nuestro enfoque no debía limitarse a solucionar problemas locales: queríamos abrir un espacio donde emprendedores sociales, líderes de gobiernos locales y las propias comunidades pudieran imaginar, crear y liderar cambios significativos juntos. 

A partir de 2021, en colaboración con Ashoka, Vía Educación y COLAB, conformamos Ayni, fortaleciendo aún más nuestro compromiso de impulsar transformaciones innovadoras y colaborativas.

El resultado fue un viaje transformador que nos llevó a colaborar con más de 60 equipos de América Latina y África, cada uno enfrentando desafíos únicos pero con un objetivo común: generar un impacto sistémico. A través de talleres, webinarios y encuentros interactivos, se construyeron soluciones que no solo respondieron a necesidades inmediatas, sino que fortalecieron las capacidades de los territorios.

locales
PIL en María La Baja, Colombia.

Soluciones locales, impacto global

El PIL no sólo dio lugar a ideas, sino que las transformó en acciones concretas. De los 96 equipos que iniciaron el programa en 2024, 72 llegaron al final con 61 propuestas enfocadas en sostenibilidad, inclusión social y transformación digital.

Algunos proyectos son un ejemplo claro de cómo las soluciones locales pueden cambiar vidas. En Wakiso, Uganda, el equipo desarrolló “One Meal at a Time”, garantizando la permanencia escolar a través de un programa de alimentación. En Buenos Aires, Argentina, las Consultorías Digitales para Personas Mayores rompieron barreras de exclusión tecnológica. Por su parte, en Bamusso, Camerún, “More Fish for You & Me” se propuso conservar la sostenibilidad pesquera, y en África occidental, Marie Claire Kuja nos inspiró con “End Period Poverty One Pad at a Time”, que trabaja para erradicar la pobreza menstrual.

Estos son solo algunos de los logros que demuestran cómo, con las herramientas adecuadas y la colaboración correcta, se puede generar un impacto profundo, duradero y escalable. Si querés saber más sobre las iniciativas, te invitamos a visitar el sitio web del Marketplace de soluciones locales

PIL en Bamenda, Camerún.
PIL en Córdoba, Argentina

Co-creación: el poder de las redes de cambio

El éxito del PIL radicó en su metodología centrada en la co-creación. Nuestro objetivo no era imponer soluciones, sino crear un espacio donde los propios equipos pudieran diagnosticar problemas con una mirada sistémica y diseñar respuestas adaptadas a sus contextos.

El uso de herramientas como el mapa de actores clave y una mirada de diseño centrado en las personas jugaron un papel fundamental. Pero lo que más nos marcó fue el poder del trabajo en red. Al reunir a personas de diferentes culturas, experiencias y perspectivas, se generaron dinámicas que desafiaron las soluciones tradicionales, abriendo camino a ideas nuevas y frescas.

Uno de los momentos que más me impactó fue cuando un equipo africano priorizó sus hitos utilizando piedritas, una herramienta sencilla pero profundamente conectada con su contexto. Esto demostró que no importa cuán simples sean las herramientas: lo que importa es la creatividad y la capacidad de adaptarlas a las realidades locales.

PIL en Bamusso, Camerún.

Aprendizajes que quedan

El PIL no sólo transformó comunidades, sino también a quienes participamos en el proceso. Estos son algunos de los aprendizajes más significativos:

  • Empatía como herramienta clave: Escuchar y valorar la perspectiva de quienes viven los problemas en primera persona nos permitió construir soluciones más justas y profundas.
  • La fuerza del colectivo: Cada participante trajo una pieza del rompecabezas, demostrando que el trabajo colaborativo puede resolver problemas más complejos.
  • Adaptación constante: Frente a la incertidumbre, los equipos aprendieron a iterar, probar y ajustar sus soluciones, logrando respuestas más efectivas y sostenibles.

Si algo dejó la edición de este programa es la certeza de que el cambio comienza en lo local, pero se expande con redes de colaboración. El mensaje para quienes buscan impactar en sus comunidades es este: confíen en el poder de la co-creación. Suelten el control, escuchen, aprendan de otros y abracen la diversidad de ideas.

Las soluciones más transformadoras no vienen de la perfección, sino de la iteración y la voluntad de imaginar un futuro diferente. Como equipo, demostramos que cuando nos unimos, lo imposible se convierte en una oportunidad para construir un mundo más justo y sostenible.

(*) Nicole Fusilier es líder del Programa de Innovadores Locales en la RIL y Danila Pagano Bianchini es referente de comunicación de Ciudades Innovadoras.