Ubicada en el centro de la provincia de Buenos Aires, Tandil es reconocida como un modelo de ciudad intermedia en constante evolución. Con aproximadamente 150.000 habitantes, se ha posicionado como un faro en distintos sectores gracias a su diversificación productiva y a un enfoque de gobernanza colaborativa.
El crecimiento de Tandil se explica, en parte, por la fortaleza de sectores tradicionales como el agropecuario y el manufacturero, pero también por su impulso en la economía del conocimiento.
En los últimos años, se ha posicionado como un polo tecnológico clave en la región, albergando más de 60 empresas de software y generando empleo para miles de personas. Este clúster tecnológico permite que la ciudad se convierta en un lugar atractivo para trabajadores especializados, quienes ven en Tandil una alternativa de vida que combina oportunidades laborales con una buena calidad de vida en un entorno marcado por las sierras bonaerenses.
La clave para que esto ocurra fue la cooperación entre el sector público, privado y académico. Esto fomentó la creación y desarrollo de empresas y organismos de base tecnológica que generaron la atracción y retención del talento científico tecnológico.
“Ha sido tan alto el impacto que generó la economía del conocimiento en la ciudad que hoy atraviesa todos los sectores económicos”, reflexiona Marcela Pretantonio, secretaria de Desarrollo Productivo y Relaciones Internacionales de la Municipalidad de Tandil.
La educación, el puntapié de la transformación
La Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNICEN) sembró la semilla al potenciar sus carreras orientadas a la industria del conocimiento. En los últimos años, las formaciones relacionadas –como Ingeniería en Sistemas– han liderado las preferencias de inscripciones.
“La alta demanda que el perfil informático tiene en el mercado del trabajo y los elevados salarios que promete el sector redundan en un crecimiento cada vez mayor de esta ingeniería”, evalúan en la prensa local.
Desde el municipio se acompañó esta lógica sumando otras herramientas para fomentar y potenciar la empleabilidad de las personas, con una oferta educativa acorde a las necesidades de los sectores productivos. En esa línea se creó Escuela de Talentos, con el fin de cubrir una demanda de los diferentes sectores de la ciudad que fueran incorporando más mano de obra y, también de aquellos que trabajan por cuenta propia para mejorar sus servicios y productos.
Para desarrollar un ecosistema en torno a la economía del conocimiento, Pretantonio explica que fue necesario “generar metodologías que permitan que el ecosistema funcione priorizando los consensos y no los disensos de los actores partícipes”.
“Siempre es un desafío permanente esta construcción colectiva de buscar identificar una mirada común. Cada territorio tiene sus dinámicas, sus actores, sus sujetos y desde ahí construye las bases para su proyección”, comenta. Para impulsar estas acciones “la normativa es sumamente importante y ordenadora” , agrega la funcionaria.
Polo Tecnológico de Tandil, la llave del ecosistema
La Cámara de Empresas del Polo Informático de Tandil (CEPIT) se creó en 2010 por un grupo de empresas de software de Tandil, con el propósito de potenciar el ecosistema innovador a través de la vinculación entre el sector público, privado y el académico.
El espacio contaba con 15 empresas y al día de hoy ya son más de 50. Junto a sus dos socios estratégicos (el municipio y la Universidad) fomentan el desarrollo de soluciones locales con tecnología, e impulsan nuevas fuentes de trabajo en la ciudad.
En la actualidad, la economía del conocimiento es el cuarto complejo exportador de la Argentina después del sojero, cerealero y automotriz. En esa línea la CEPIT estima que el 70% de lo que producen sus empresas se exporta a mercados de todo el mundo.
Flama, el evento que condensa todas estas experiencias
Para compartir proyectos inspiradores en torno a la economía del conocimiento, la Municipalidad de Tandil junto a la CEPIT, la UNICEN y algunas empresas locales crearon Flama. Se trata de un evento que ofrece capacitaciones, conferencias y muestras de todo tipo bajo el lema “el conocimiento prende”.
En 2024, Flama cumple su tercera edición con siete ejes temáticos: educación, tecnología, industria, planeta, bienestar, diversidad y cultura. “Las charlas están diseñadas para generar un ambiente de reflexión y cercanía con el público, en un formato único que invita al diálogo y la inspiración”, definen desde la Municipalidad.
Todas estas acciones partieron del Plan Estratégico del Software y la Biotecnología, que ya cumple un decenio. Diseñado por estos tres sectores, es la hoja de ruta del ecosistema emprendedor de Tandil para consolidarse como una ciudad modelo.
La exportación de tecnología les demanda estar un paso adelante. La funcionaria Pretantonio cuenta que en la ciudad ya se está hablando de nanotecnología, biotecnología y el efecto de la Inteligencia Artificial en la economía local.
“Estamos detrás de las pistas de transformación que van apareciendo para poder adelantarnos y pensar en cómo incorporarlas. Y cómo eso puede impactar en nuestro ecosistema”, concluye la Secretaria de Desarrollo Productivo y Relaciones Internacionales de la Municipalidad de Tandil.
Imagen principal: Municipalidad de Tandil.