Con más de 25.000 habitantes, Ceres es la ciudad más poblada del departamento de San Cristóbal (Santa Fe, Argentina). Cada verano, la localidad suele ubicarse entre las más calientes del país. Frente a este panorama, en los últimos años la Municipalidad ha impulsado una serie de herramientas, proyectos y alianzas para incrementar su capacidad adaptativa y de resiliencia ante el cambio climático.
Entre las diversas líneas de acción, se encuentra la adhesión al Plan Local de Acción Climática, en compañía de la Red Argentina de Municipios frente al Cambio Climático (RAMCC). Dentro de este esquema, una de las iniciativas más recientes es la inauguración del primer edificio público realizado con la técnica de bioconstrucción.
Se trata de un depósito para el Refugio Municipal de Animales de Ceres, que fue construido con la participación de jóvenes del programa “Sembrando Sueños”, dedicado a la inclusión laboral de jóvenes con discapacidad.
Ulises Marozzi, ex subsecretario de Desarrollo Social de la ciudad, cuenta que eligieron esta técnica porque es amigable con el medioambiente e implica bajos costos y tiempos de producción. Además expresa que la población responde con entusiasmo ante la iniciativa, porque sabe que está alineada con el respeto hacia los animales y la ecología.
La bioconstrucción, una solución ambiental
La bioconstrucción es una técnica, dentro de la arquitectura, que busca la integración de la edificación con el lugar donde se levanta, a partir de materiales naturales o biomateriales. Tienen diversos beneficios: conservan los recursos naturales, protegen los ecosistemas, reducen desechos y minimizan el consumo.
Como no alteran el entorno y son accesibles, permiten reducir costos energéticos y de obra. Así, son una solución habitacional amigable con los territorios. En su mayoría, las bioconstrucciones son realizadas por personas que aprenden el oficio a partir de la curiosidad, el autodidactismo: es un saber que se transmite.
Muchos municipios del país que le han dado una oportunidad a esta técnica, como Ceres, ofrecen talleres de capacitación para la comunidad.
De una experiencia personal a la comunidad
Luciano Barreto, coordinador del Proyecto de Bioconstrucción en Ceres, cuenta que ante la necesidad de una casa propia, con su esposa investigaron formas alternativas de construcción. Después de ver un documental sobre bioconstrucción que les inspiró mucho, descubrieron que así era como construyó la casa su abuelo en la ciudad de Selva, en Santiago del Estero.
“Después de terminar nuestra casa y comprobar que el cuento de los tres chanchitos era una mentira, decidimos compartir nuestra experiencia con toda la comunidad”, agrega Luciano. “Cuando el municipio decidió construir el primer edificio público con bioconstrucción, me convocaron como capacitador a cargo de un grupo de jóvenes con capacidades diferentes”.
Así Luciano, junto a un grupo de jóvenes del programa “Sembrando Sueños”, de la Dirección de Inclusión Social del Gobierno de Ceres, encaró el primer proyecto local de bioconstrucción. “Hicimos el cerramiento del depósito rellenando los bastidores con barro y botellas de vidrio, también construimos una mesada de barro con bacha y acabado”, comenta el coordinador.
Una oportunidad para personas con discapacidad
Carina Dutto, directora de Inclusión Social y Salud del Gobierno de Ceres, cuenta que el programa “Sembrando Sueños” comenzó en 2020, en plena pandemia por Covid-19, con el propósito de enseñarles oficios que el día de mañana les permitan valerse por sí mismos.
Ante la oportunidad de construir un edificio con biomateriales, este grupo de jóvenes fue convocado para capacitarse en la técnica y ser parte del proyecto. El equipo ya contaba con la experiencia previa de haber trabajado en la huerta del Vivero Municipal.
La funcionaria afirma que, con estas experiencias, buscan inspirar e incentivar a que estas personas imaginen un proyecto de vida y se formen en el ámbito laboral. “Imaginate, con la bioconstrucción ellos en el futuro pueden ser albañiles, trabajar en la albañilería”, concluye.
Otras ciudades que apuestan por la bioconstrucción
Luis Beltrán, en la provincia de Río Negro, fue la primera ciudad de Argentina en sancionar, en el año 2010, una ordenanza que autoriza a su población la construcción alternativa con barro. Cinco años más tarde Santa Rosa, en La Pampa, se convirtió en la primera ciudad capital del país en habilitar esta técnica.
En El Bolsón, también Río Negro, un grupo de 30 familias conformó el “Ecobarrio”: allí todas las viviendas son construcciones hechas en seco o cuentan con alguna técnica con tierra cruda. Lo mismo se puede ver en Salsipuedes, Córdoba, en el ecobarrio Villa Sol. Se trata de un espacio que busca demostrar y promover la posibilidad de construir y habitar en armonía con la naturaleza.
En Argentina hay más ciudades, en otras provincias como Jujuy, Salta y La Pampa, que apuestan por la bioconstrucción como una de las soluciones para mitigar el cambio climático.
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Imagen principal: Cortesía Gobierno de Ceres
Redacción +COMUNIDAD
