Centro de Fotografía
Por Florencia Luján,
Redacción +COMUNIDAD
Sandra Rodríguez, exintegrante del equipo de Preservación del Centro de Fotografía de Montevideo, en Uruguay, sostiene un negativo de gelatina y plata sobre vidrio tomado en 1928. Se trata de una de las imágenes fundacionales del archivo fotográfico local. En ella se puede apreciar a Carlos Ángel Carmona, primer fotógrafo municipal, de pie sobre una piedra en el Cerro de Montevideo. En sus manos hay una cámara de gran formato; delante de él, la bahía de Montevideo y una ciudad aún en construcción.
Trece años antes, en 1915, la Intendencia de Montevideo creó un servicio de producción fotográfica dentro de la entonces Oficina de Informaciones. Ángel Carmona e Isidoro Damonte, también fotógrafo, fueron los encargados de ejercer ese trabajo. Consistía en registrar las transformaciones de la ciudad, las actividades sociales y culturales y los paseos públicos. Buscaban destacar su “belleza” y “modernidad”, en línea con los fines turísticos y publicitarios de las imágenes que les habían sido encargadas.
Con el objetivo de poner en valor esas imágenes, en 1997 se creó el Archivo Fotográfico de Montevideo (AFMVD). Para continuar la línea de trabajo de esos fotógrafos, desde este espacio comenzaron a producir imágenes contemporáneas sobre la ciudad. La imagen de Sandra, tomada por el fotógrafo Luis Alonso, revela ese diálogo constante entre el archivo histórico y las series contemporáneas, y sintetiza una política de registro de la ciudad que es faro para esas ciudades que también aspiran a hacerlo.

Centro de Fotografía de Montevideo
Daniel Sosa, director del Centro de Fotografía de Montevideo (antes Archivo Fotográfico de Montevideo), cuenta a +COMUNIDAD que el espacio surgió en 2002, como una unidad de la División Información y Comunicación de la Intendencia de Montevideo. Desde 2015 funciona en el Edificio Bazar, un patrimonio histórico inaugurado en 1932, que hoy cuenta con la superficie e infraestructura necesaria para potenciar las posibilidades de acceso a los diferentes fondos fotográficos y servicios del centro.
El Centro de Fotografía cuenta con doce espacios destinados y acondicionados exclusivamente a la exhibición de fotografía. Por un lado, tiene las cuatro salas ubicadas en el edificio sede: planta baja, primer piso, segundo piso y subsuelo. También tiene fotogalerías en el Parque Rodó, Prado, Ciudad Vieja, Peñarol, Espacio de Arte Contemporáneo, Goes, Capurrro, Unión, Parque Batlle y Santiago Vázquez concebidas como espacios al aire libre para realizar exposiciones de forma permanente.
“El Centro tiene como misión principal lograr que más imágenes que tengan que ver con la cotidianeidad de los uruguayos sean de acceso público, y también realizar actividades en torno al uso de la fotografía para toda la sociedad”, explica Sosa. Y agrega: “Nos proponemos ser una institución de referencia a nivel nacional, regional e internacional, generando contenidos, actividades, espacios de intercambio y desarrollo en las diversas áreas que conforman la fotografía”.

Los desafíos y logros del Centro de Fotografía
“Siempre es un desafío la permanencia del espacio, teniendo en cuenta los cambios de gestiones. Pero Uruguay tiene la tradición de mantener las políticas públicas que funcionan”, aclara el director del Centro de Fotografía sobre sus retos cotidianos. Para eso el director cuenta que les es de gran ayuda la Unidad de Gestión de Calidad y Sostenibilidad. “Es una herramienta que nos ayuda a tener una validación externa, para demostrar que el uso de este espacio tiene un impacto positivo en la comunidad”, sostiene.
Otro desafío del Centro de Fotografía de Montevideo es la socialización del espacio. Daniel Sosa expresa que tienen que ver cómo seguir diversificando la comunicación a los distintos públicos, especialmente las posibilidades y los usos que tiene este lugar. En ese camino, remarca que cuentan con charlas y exposiciones, una mediateca, y fotogalerías a cielo abierto. Cada agosto, se celebra el mes de la fotografía, en el que se dedican a socializar diferentes procesos fotográficos a públicos diversos.
El 28 de noviembre de 2019, el Centro de Fotografía recibió el Premio Nacional de Calidad que otorga el Instituto Nacional de Calidad, en el que participaron más de 30 organizaciones públicas y privadas de Uruguay que buscan mejorar sus procesos de calidad. Esto significó un gran avance para la institución, que desde el año 2013 está certificada en Gestión de Calidad en todos sus procesos de trabajo, un camino que emprendió y que lleva adelante con el apoyo de la Unidad de Gestión de Calidad de la intendencia.
El resguardo del archivo y de la identidad local
“Comenzamos con 30.000 imágenes y hoy son más de 200.000, las cuales se pueden ver y descargar en alta definición desde el sitio web en nuestro Catálogo de Fotografías”, cuenta Daniel Sosa sobre el valor patrimonial que tiene el centro en la comunidad. “Armamos una política de donación que permitió que más personas donen imágenes y multipliquemos así nuestro acervo, que está a disposición de la ciudadanía bajo la licencia CC0 1.0 Universal (CC0 1.0)”, agrega y explica el director del espacio.
“El archivo histórico lo liberamos en 2020, a propósito de los 180 años de la Fotografía. Las imágenes que integran este archivo documentan la ciudad de Montevideo desde mediados del siglo XIX hasta finales del XX”, profundiza Sosa sobre el acervo local. De acuerdo al sitio web del centro, con esta liberación las personas pueden apropiarse y utilizar el patrimonio para cualquier uso que decidan darle, por ejemplo: creaciones artísticas, utilización personal, libertad para compartir en redes y otros ámbitos.
“La acción de liberar el archivo contribuye a crear una iconosfera cercana y pone en circulación imágenes vinculadas a la historia, el patrimonio y la identidad de los uruguayos”, agrega el especialista sobre la socialización del archivo y la identidad local. “Los materiales como fotos, afiches, contenidos gráficos son así reutilizables por la sociedad y otras organizaciones. Tanto en su forma original, como transformados, lo que aumenta la visibilidad e impacto de los contenidos”, remarcan desde el sitio web.

Cómo preservar un archivo fotográfico local
Gabriel García, integrante del área de digitalización del Centro de Fotografía, dice a +COMUNIDAD que los gobiernos locales deberían trabajar en dinamizar, poner en valor y tratar de devolver a la sociedad esas imágenes que tienen que ver con la comunidad. Camino a la preservación del archivo fotográfico local, sostiene: “Tengo que saber qué quiero y hacia dónde voy, dar pasos firmes en ese sentido y trabajar en mejorar el estatus de la totalidad de las imágenes que se tiene sobre la mesa”.
━ ¿Cómo se puede preservar, desde una intendencia, el archivo fotográfico local?
━ Desde el Centro de Fotografía creemos que el mejor plan de preservación es el plan que sea realizable. Entonces partiría de tener el diseño conceptual claro: ¿por qué quiero hacer esto? y ¿cómo me voy a insertar en la comunidad?. ¿Cómo voy a compartir este patrimonio que estoy preservando? ¿Qué acciones voy a hacer para que esa comunidad en la que estoy inserto se apropie de esa fotografía y se contagie ese espíritu de volver a desempolvar y abrir las cajas con viejas imágenes? Esa puesta en valor de ese patrimonio fotográfico creo que es vital para trabajar en estas líneas de preservación.
━ ¿Qué herramientas son clave para almacenar y preservar un archivo fotográfico?
━ Nosotros, para trabajar en la gestión del acervo, nos acoplamos a un modelo que propone Fernando Soria, un conservador mexicano, que dice que para tener bajo control un acervo tenemos que tener bajo control: lo físico y lo intelectual. O sea, el control sobre la materialidad de los procesos analógicos y el control intelectual que tiene que ver con la organización, con la codificación, con los inventarios, con todo lo que yo sé sobre eso. Se complementa con el almacenamiento y la puesta en acceso; esos serían como los vértices del modelo. Entonces yo arrancaría con esas herramientas: inventario, cuadro de clasificación, reporte de estado de conversación.
No hablamos de procesos que lleven años de hacer, sino tener una noción general, hacer lo que pueda avanzar en ese sentido, mejorar las condiciones de almacenamiento, o sea, pensar en buscar o en construir un espacio que me permita mejorar esas condiciones. También, cuando nos movemos en modelos o en aparatos institucionales, tenemos que pensar en lo que sería la gobernanza de eso que estamos haciendo, pensar en cómo vamos a consolidar esas estructuras dentro de las organizaciones en las que estamos. Porque si no, un día yo no voy a estar y esa impronta que yo tomé va a quedar en la nada.
━ ¿Qué características debe tener el espacio físico de un archivo fotográfico?
━ Lo ideal es poder contar con dos espacios. Un espacio de almacenamiento y un espacio de trabajo, que ambos sean contiguos y que nos permitan retirar material y luego guardarlo en la bóveda o en la cámara de conservación. Y, si es posible, que tengan una antecámara o una zona de transferencia para no incluir mucho las condiciones de uno y de otro lado. Lo ideal sería que ambos ambientes tuvieran temperatura y humedad controlada. Esto va a depender un poco también de los procesos fotográficos, pero en términos generales deberíamos crear ambiente con humedad relativa, inferior a un 40% y una temperatura de entre 18 y 20 grados, y tener la posibilidad de mantener estas condiciones estables.
Y esto no es tan menor como parece, porque las fluctuaciones en estas variables ambientales influyen en los procesos fotográficos. Para esto es ideal no estar en las azoteas, no estar en los sótanos que son inundables, huir de las medianeras, de las ventanas al exterior. O sea, pensar antes cuál parte de los edificios son acordes para esto o que naturalmente ya tienen condiciones que nos acercan a eso.

Dar forma a la memoria colectiva
Ante la pregunta cuáles dirías que son las imágenes resguardadas más “icónicas” del Centro de Fotografía, su director responde: “Tenemos las de la Rambla Sur, por lo que fue y es la obra para Montevideo, es el espacio más democrático que tiene Uruguay”. “Tenemos las fotografías que muestran su proceso. Una foto particular de la serie es una vista aérea de la futura rambla donde dos playas, Santa Ana y Los Patricios, están cerradas porque van a ser rellenas. Yo mucho tiempo viví a dos cuadras de ese lugar y cuando vi esa foto no podía creer que haya playa 80 años antes”, relata Sosa.
Las fotografías permiten a la sociedad apreciar el cambio y la evolución de los espacios que habitan. En el caso de la Rambla Sur, las imágenes del proceso de construcción funcionan como un testimonio visual del desarrollo urbano.
Más allá de documentar transformaciones, estos registros invitan a reflexionar sobre la relación entre el paisaje y la memoria colectiva. A través de ellas, es posible comprender mejor la historia, el valor del patrimonio urbano y la manera en que el espacio público ha sido concebido y modificado a lo largo del tiempo.
Al promover y proteger estos archivos, las ciudades garantizan que las futuras generaciones tengan acceso a los cambios de su entorno. La preservación fotográfica no sólo resguarda imágenes, también contribuye a la construcción de una narrativa compartida que fortalece la identidad comunitaria.
La experiencia del Centro de Fotografía de Montevideo muestra cómo estas iniciativas pueden trascender la conservación y convertirse en herramientas dinámicas de participación. Su modelo puede servir de referencia para otras ciudades interesadas en explorar estrategias innovadoras para gestionar y socializar sus propios archivos fotográficos.
Imagen principal: Carlos Ángel Carmona en el Cerro de Montevideo, año 1928, Intendencia de Montevideo.