Aprovechar al máximo los recursos disponibles y desperdiciar cuanto menos sea posible. Este concepto, propio de la eficiencia económica, es uno de los pilares en la construcción de las llamadas “tiny houses” (casas pequeñas). Se trata de una tendencia que crece en entornos tanto urbanos como rurales, y que se presenta como una solución habitacional con características sostenibles.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) establece que “cambiando la forma en que planificamos, construimos, suministramos y gestionamos energía a nuestras ciudades, se pueden obtener enormes beneficios en la reducción de gases nocivos”. En ese sentido, la creación de viviendas más ecológicas, más pequeñas y que demandan menos servicios se ha extendido en todos los continentes.
El movimiento nació durante la década pasada como respuesta al elevado precio de las propiedades tradicionales y su consecuente costo de mantenimiento. Así, la idea es “vivir con menos” y abastecerse con fuentes renovables siempre que sea posible.
Soluciones variadas y en tendencia
Se estima que dos terceras partes de la población mundial habitará en centros urbanos hacia 2030. “Las ciudades de todo el mundo constituyen la principal causa del cambio climático, pero también pueden formar parte de la solución para lograr la reducción de los nocivos gases de efecto invernadero que provocan el aumento de la temperatura global”, definió la directora ejecutiva de ONU-Hábitat, Maimunah Mohd Sharif.
El modelo de construcción de las “tiny houses”, prefabricadas o móviles, procura resolver en pocos metros cuadrados esos desafíos ambientales. También busca garantizar el acceso a una casa propia y generar una administración más eficiente de los suelos urbanos y rurales frente a la escasez de espacio.
“Podemos resolver nuestros problemas de vivienda simplemente talando más árboles. O podemos construir espacios pequeños que no requieran ni cerca de la misma cantidad de materiales y no requieran tantos recursos para calentarlos y enfriarlos”, graficó Zack Giffin, vicepresidente de Tiny House Industry Association. Otra de las características de las “tiny houses” es la posibilidad de reubicarlas fácilmente, sobre parcelas de reducidas dimensiones, con un escaso impacto ambiental. En Estados Unidos, país pionero en el mercado, cada vez hay más opciones autosuficientes en materia energética gracias a la instalación de paneles solares.
Un multimillonario en una “tiny house”
Elon Musk, uno de los empresarios más ricos del planeta, informó en 2021 que vendió casi todas sus propiedades y se mudó a una casa pequeña en el estado de Texas, dentro de su sede de SpaceX.
Con un valor estimado de 50.000 dólares y una superficie de 37 metros cuadrados, la unidad prefabricada es plegable, minimalista y tiene características sostenibles.
Menores emisiones
Las “tiny houses” también se presentan como una alternativa sostenible frente a los efectos negativos de la suburbanización de las ciudades y la extensión descontrolada de las manchas urbanas.
“El éxodo de las familias de estratos medios y altos de la ciudad central hacia los suburbios también implica una reducción de áreas verdes y, en muchos casos, la construcción de viviendas más grandes que tienen mayores necesidades de agua y energía”, definió en 2015 Avelina Ruiz Vilar, especialista en desarrollo urbano.
Un estudio en Australia arrojó que las “tiny houses” pueden reducir las emisiones de carbono por persona en un 70% en comparación con las casas tradicionales. Las cifras varían de acuerdo a las conexiones con las redes urbanas y el clima local.
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