A pesar de los logros alcanzados en materia de alfabetización, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), expresa que 763 millones de jóvenes y adultos carecen de habilidades básicas de lectura y escritura.
De acuerdo a la organización, la alfabetización es un aspecto clave en la construcción de sociedades más inclusivas, pacíficas, justas y sostenibles. Por eso es importante reflexionar sobre la importancia de promover esta acción dentro de las sociedades.
Ciudades de América Latina, en pos de fomentar la alfabetización, se han inspirado en Little Free Library, una organización sin fines de lucro en St. Paul, Estados Unidos, que busca construir comunidad, inspirar a las personas lectoras y ampliar el acceso a los libros, a través de una red global de pequeñas cajas de intercambio de los mismos.
Más de 150 mil pequeñas bibliotecas en el mundo
“Nos enfrentamos a una creciente crisis de alfabetización. Sólo en Estados Unidos, más de 30 millones de personas adultas no pueden leer ni escribir por encima del tercer grado”, expresan desde la organización para remarcar la importancia de su iniciativa.
Desde sus comienzos, en 2009, Little Free Library ha logrado crear, gestionar y sostener, junto a sus voluntarios, una red con más de 150 mil pequeñas bibliotecas en el mundo. Están repartidas en 120 países y con 30 millones de libros compartidos.
Entre los impactos más significativos, la organización destaca que, en promedio, se comparte un libro cada día. Además, el 92% de las personas de la red comentan que su vecindario se siente un lugar más amigable gracias a su pequeña biblioteca gratuita.
Pequeñas Bibliotecas Libres en América Latina
La ciudad de Tilarán, en Costa Rica, cuenta con una biblioteca pública a la que asisten pocas personas. Eso impulsó a Ana Monestel Montoya, una periodista jubilada, a crear el proyecto “Mini Bibliotecas al Aire Libre”, que contó con el apoyo del alcalde del lugar.
“El proyecto lleva cuatro años y ha tenido mucha aceptación por parte de la comunidad. Hace un tiempo se formó un pequeño grupo para pintar las casitas con tonos más alegres y vivos”, cuenta Ana Monestel Montoya en esta publicación de El Colectivo 506.
En Cuenca, Ecuador, también se sumaron a esta iniciativa con la inauguración de “Tambo Libro”, su primera pequeña biblioteca libre. Ubicada en las inmediaciones de la Universidad de Cuenca, con el propósito de facilitar el acceso al libro y la lectura.
Marlene Quinde Cordero, impulsora de este proyecto, comenta que otro objetivo es mejorar las relaciones sociales entre las personas que conviven en el campus universitario. Creando así redes de contención y apoyo entre dicha población.
En Waslala, Nicaragua, se inauguraron cinco mini bibliotecas. El objetivo fue promover la lectura en niñas y niños de primaria de la zona rural de este país centroamericano. Lo cual también representa una oportunidad para las escuelas vecinas al municipio.
En total son siete los rincones que cuentan con mini bibliotecas ya habilitados en Waslala, facilitados por el programa Ayuda en Acción y la Fundación Madre Tierra. Sin embargo, ha sido un trabajo en equipo con toda la comunidad educativa, quienes se involucraron en la construcción y ambientación de cada espacio en tales escuelas.
La Biblioteca Popular Hugo Marcelo Berbel de la ciudad de Neuquén, en Argentina, también ha creado su proyecto “Pequeñas Bibliotecas Libres (PBL)”. Consta de la colocación de pequeñas “casitas libros”, en diferentes puntos de la localidad.
“El objetivo de estas casitas es que funcionen como espacio de tránsito de libros rodantes. Para que quien lo desee pueda tomar uno y llevárselo de manera gratuita”, explicó la Ministra de Educación, Cristina Storioni. Lo hizo en su inauguración en 2019. Lamentablemente, luego de la pandemia por Covid-19, este proyecto no siguió su curso.
Un barrio pionero en Buenos Aires
A finales de enero de 2020, previo a la pandemia por Covid-19, en Parque Chas, un barrio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se inauguró una pequeña biblioteca al paso. Una propuesta impulsada y promovida por la escritora porteña Inés Kreplak.
Pero no era la primera, sino la sexta de la zona, que también fue la pionera de esta iniciativa conocida a nivel mundial. Y que año a año crece en pos de promover la alfabetización al paso, de una manera libre y accesible para cualquier persona.
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Imagen principal: Little Free Library.