crisis alimentaria
Hace veintidós años se declaró la Emergencia Alimentaria Nacional, que reconoce que Argentina enfrenta un problema para garantizar a su población el acceso a alimentos. Frente a esta situación, ciudades a lo largo y ancho del país crearon diferentes soluciones para asegurar que sus habitantes puedan disponer de alimentos.
Muchas de estas estrategias locales fomentan la autosuficiencia y la sostenibilidad, a través de huertas urbanas, mercados comunitarios y redes de distribución directa. Estas políticas públicas, que impulsan sistemas alimentarios resilientes, se volvieron esenciales para enfrentar las dificultades económicas y sociales que persisten hasta la actualidad.
En esta nota presentamos tres iniciativas de ciudades argentinas que, a pesar de los variados desafíos que enfrentan, buscan transformar la crisis alimentaria en una oportunidad. Estas soluciones no sólo tratan la emergencia inmediata, también promueven enfoques sostenibles y colaborativos para mejorar el acceso a alimentos nutritivos y seguros.
La propuesta de Rosario frente a la crisis alimentaria
El Programa de Agricultura Urbana (PAU) de la Municipalidad de Rosario, en provincia de Santa Fe, impulsa desde 2002 la producción y consumo de alimentos agroecológicos. Esta política pública impulsa el aprovechamiento de tierras en desuso dentro de la ciudad, especialmente en tiempos de crisis
Vanesa Di Bene, subsecretaria de Economía Social de Rosario, asegura que el programa tuvo resultados positivos en sus 22 años de vigencia. La ciudad hoy tiene siete Parques Huertas y seis huertas grupales, en donde trabajan más de 250 personas que producen en 25 hectáreas unas 2500 toneladas de hortalizas al año.
“El programa impactó favorablemente desde la utilización de terrenos, que antes eran micro basurales, ayudando a mejorar el entorno a través de la planificación territorial. También desde el punto de vista de la reducción de desechos, ya que se produce abono en los espacios productivos”, explica Di Bene sobre los beneficios de este programa.
Uno de los principales desafíos que tiene esta iniciativa es el llegar a toda la población, aumentando la cantidad de emprendedores, y en esa línea, también su producción. “Otro de los desafíos están relacionados con los fenómenos climáticos, las sequías e inundaciones afectan directamente a las huertas y huertos”, agrega la subsecretaria.
La funcionaria comenta que, frente a la crisis económica, esta iniciativa es una alternativa que ofrece la posibilidad de desarrollar alimentos de alta calidad. “Trabajamos con diferentes áreas y programas municipales y provinciales para brindar información sobre la producción, calidad de los alimentos y formas de consumo”.
A aquellas ciudades que quieran seguir el camino de Rosario, Di Bene aconseja: “Planificar desde el territorio para construir el programa junto a sus actores. Pensar los espacios públicos en desuso no urbanizables como lugares socio-productivos, de integración comunitaria para el desarrollo de una ciudad con identidad cultural”.
Crisis alimentaria, un problema con solución
“Hay un montón de pequeños pasos por los que podemos comenzar a construir sistemas alimentarios locales que sean sostenibles”, sostiene María Sol Laje, partner de Desarrollo Humano en Fundación Alimentaris, en diálogo con la Red de Innovación Local (RIL) y +COMUNIDAD,
La especialista explica que “la urgencia no nos permite pensar a largo plazo, porque tenemos que resolver algo ya”. “Por eso proponemos pensar desde un enfoque de Sistemas Alimentarios Sostenibles (SAS). Que nos permita abrir un poco ese panorama y pensar acciones integrales, desde un abordaje sistémico y transversal”.
Este enfoque plantea, entre otros parámetros, la importancia de pensar esta problemática y sus soluciones, desde una perspectiva de derechos y género. “Para construir un futuro más sostenible es fundamental tener claro dónde nos encontramos hoy y qué podemos hacer para incorporar el enfoque SAS”, reflexiona.
Acceso a alimentos en Río Negro
Río Negro Nutre es una iniciativa del Gobierno de Río Negro que articula acciones público-privadas para favorecer la seguridad y soberanía alimentaria en la provincia. De esta manera promueve la inclusión de personas, familias y grupos en situación de vulnerabilidad, articulando la temática alimentaria con otras de carácter social.
La particularidad de este programa es su transversalidad. La coordinación está a cargo del Ministerio de Desarrollo Humano y Articulación Solidaria, e intervienen el Ministerio de Producción y Agroindustria y la Secretaría de Fruticultura y la de Horticultura. También participan los Ministerios de Salud y de Educación.
El programa se lleva adelante a través de la implementación de cuatro iniciativas, que son articuladas entre los organismos que fueron mencionados anteriormente. Invernaderos, Miles de oportunidades, KM 0, Comercialización de alimentos saludables y el Programa de capacitación Integral, posibilitan el acceso de la población a alimentos.
Una de las políticas alimentarias de Córdoba
La Municipalidad de Córdoba y la Alianza de Ciudades Saludables crearon Córdoba Elige Agua, un programa que busca fomentar el consumo de agua en kioscos escolares. Se trata de una política alimentaria que pretende, a través de la promoción de buenos hábitos, transformar las escuelas y cantinas tradicionales en entornos saludables.
Esta iniciativa también busca abordar varios desafíos relacionados con la seguridad alimentaria. Uno de ellos es la desnutrición por exceso (sobrepeso y obesidad). Según la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud, el 48% de los niños y niñas consume bebidas azucaradas al menos dos veces al día, lo que aumenta el riesgo de obesidad, cáncer y diabetes.
En su primera fase de implementación, en 2023, se intervino en 38 instituciones educativas municipales, aportando con la instalación de dispenser de agua. Estos espacios fueron constituidos como puntos de hidratación para incentivar el consumo de agua durante la jornada escolar y desincentivar la compra de bebidas azucaradas.
Los puntos de hidratación son espacios estratégicamente ubicados, en las escuelas, para garantizar a niños y niñas el acceso a agua segura durante toda la jornada escolar. El dispensador cuenta con filtros, conectados al agua de red, y cartelería que promueve el consumo para que los y las estudiantes puedan recargar su vaso o botella reutilizable.
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Imagen ilustrativa de portada: Unsplash.