En 1989, todas las opciones de transporte público en Bogotá (Colombia) pasaron a ser privadas. Desde entonces, ninguna administración local se había animado o había podido ofrecer alternativas estatales. En especial, para poder cubrir trayectos en barrios que las empresas tradicionales no llegaban a realizar. En septiembre de 2022, finalmente, la ciudad dio un paso adelante con una propuesta que ya recibe atención internacional: “La Rolita”.
Se trata de la primera operadora de transporte multimodal liderada por mujeres y que cuenta con buses 100% eléctricos. Según cálculos oficiales, sus rutas benefician a más de 35.000 usuarios mediante 195 unidades equipadas con nuevas tecnologías. Otro elemento diferenciador de la propuesta es que más de la mitad de su plantilla son conductoras que antes casi no tenían acceso a este sector.
“La Rolita” complementa el tendido de red del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) y presta servicios en la localidad de Ciudad Bolívar, al sur de la ciudad. La zona no contaba con recorridos integrados que cubrieran sus calles, caracterizadas por ser empinadas y de difícil acceso.
“El sector del transporte, que genera mucho empleo, ha sido masculinizado. Es un terreno, como muchos otros, que estamos conquistando las mujeres. Así como en la ciudad somos mitad mujeres y mitad hombres, La Rolita tendrá la misma proporción”, declaró la alcaldesa, Claudia López. “Es una apuesta por las energías limpias. Es un proyecto que viene a transformar Bogotá y que tiene que llegar a las demás ciudades del país”, aportó Guillermo Reyes, ministro de Transporte.
El proceso de estructuración
La inversión para la creación de la Operadora Distrital del Transporte, el nombre jurídico de “La Rolita”, rondó los 10.000 millones de pesos colombianos (U$S 2,4 millones) y contó con asistencia internacional. Tras sortear una serie de instancias judiciales, la iniciativa pudo comenzar a funcionar en el último trimestre de 2022.
“Antes de iniciar con la estructuración inicial, era necesario generar conocimiento sobre los retos y experiencias de este tipo de proyectos para la Secretaría de Movilidad de Bogotá y el Transmilenio (el sistema de transporte masivo en la ciudad)”, explicó Natalia Ariza, especialista de Transporte para Colombia en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Esta institución ha acompañado el proyecto desde sus etapas iniciales.
En ese contexto, se realizaron entrevistas para conocer en profundidad otros casos similares en ciudades latinoamericanas. Se identificaron los posibles desafíos y se establecieron líneas de acción para superarlos. En especial, se puso énfasis en la posibilidad de que “La Rolita” pudiera mantenerse a pesar de que en un futuro cambie el gobierno actual. Y, en un plazo no muy lejano, se espera pasar a una empresa mixta, con el Estado municipal como parte mayoritaria junto con un socio estratégico privado.
“Cuando iniciamos la estructuración, teníamos varios objetivos en mente. El primero era contar con un operador con enfoque en la rentabilidad social para el usuario. El segundo era que Transmilenio pudiera contar con un conocimiento profundo de la operación, los costos y el mantenimiento. El tercero era contar con una alternativa frente a eventuales dificultades para la prestación del servicio de algunas concesiones ya existentes (es decir, llegar a barrios periféricos). Y el cuarto era empezar a cerrar las brechas de género en el transporte de Bogotá”, puntualizó Álvaro Rengifo, primer representante legal de “La Rolita”.
Futuro, género y ambiente en Bogotá
En diciembre de 2022, la Operadora Distrital del Transporte consiguió completar las 11 rutas previstas en el momento en el que fue creada. Los próximos pasos incluyen llegar a más regiones, además de las que ya cubre en el sur de Bogotá. También anhela operar buses de mayor capacidad y llegar a otras alternativas de movilidad, como el cable.
“Creo que el reto más grande ha sido generar confianza. Se pensaba que no íbamos a poder operar y hoy demostramos cosas totalmente diferentes. Si bien nos falta mucho por construir, hoy “La Rolita” es competitiva y viable”, reflexionó Carolina Martínez, gerente de la empresa municipal.
Según su criterio, la “feminización” del transporte público implica sumar varias medidas. Entre ellas, el diseño de una sala de lactancia para las conductoras, garantizar espacios de cuidado y establecer reglas claras y flexibles.
En diversos testimonios, las choferes contaron con orgullo que sus trabajos les permitieron derribar prejuicios. “Nos decían que no íbamos a poder y mírenos, incluso nos tocó lo más duro de la ciudad que son las montañas”, relató Liliana Castro en una entrevista con el diario El País. También advirtieron que a veces deben lidiar con situaciones de maltrato y que deben prepararse para poder lidiar con ellas.
Otra de los aspectos destacados del sistema es su contribución al medio ambiente. Las estadísticas oficiales indican que los buses eléctricos en la ciudad evitan la emisión de 94.300 toneladas de carbono al año. “Apostamos a una mejora de la calidad del aire y a una nueva oportunidad de empleo para las mujeres de Bogotá”, comentó Deyanira Ávila, secretaria de Movilidad.
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Foto principal: Alcaldía de Bogotá.
Redacción +COMUNIDAD