En la Planta Depuradora Sudoeste de la empresa Agua y Saneamientos Argentinos (AySA), ubicada en la ciudad de Aldo Bonzi, en el partido bonaerense de La Matanza, en Argentina, funciona la primera planta de tratamiento de aguas con microalgas del país.
Esta nueva estación potabilizadora se encarga de tratar aguas residuales urbanas a partir de microalgas, que son microorganismos fotosintéticos que pueden encontrarse en ambientes acuáticos como ríos, lagunas, piletas y floreros, entre otros existentes.
Agustín Rearte, docente de la cátedra de Química Inorgánica y Analítica de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA), explica que “las microalgas sacan los nutrientes y la materia orgánica del agua residual, de esta manera aumenta su biomasa, a la que luego se le puede dar diferentes usos”.
En un día las algas logran disminuir el 90% de la materia orgánica, el 95% del nitrógeno y el 50% del fósforo, entre otros contaminantes, de hasta 12 mil litros de agua, y también generar casi un kilo de materia prima para elaborar bioinsumos.
Al ofrecer oportunidades ambientales y productivas con bajos costos energéticos y económicos, a futuro se proponen afianzar y replicar esta iniciativa en otros lugares, ya sean públicos o privados, como pueden ser municipios o empresas agropecuarias.
Este es un proyecto de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, la empresa AySA, la Universidad de Almería, la empresa de inteligencia artificial TDK, el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación, UBATEC y la Fundación Bunge y Born.
¿Cómo funciona la primera planta potabilizadora con microalgas?
La planta se construyó en 2021 y su prueba piloto finalizó en 2022, ahí comenzó a funcionar en el predio de AySA, a través de tres reactores de 40 m², que cuentan con un sistema de agitación que impulsa el agua y distribuye las algas de forma homogénea.
De acuerdo al sitio de divulgación científica y tecnológica Sobre La Tierra: “Los reactores son de baja profundidad para que la luz del sol lleguen a las microalgas, así es que este sistema reduce los costos energéticos y económicos de una planta tipo”.
“Usamos modelos de aprendizaje virtuales e inteligencia artificial que nos permiten eficientar y automatizar las tareas de la instalación, y también predecir cómo funcionará en otros lugares del país”, comenta Rearte, quien participa del proyecto.
Una experiencia que puede replicarse en municipios
El docente además expresa que la experiencia de “las plantas de tratamientos a partir de microalgas, también se podría aplicar en municipios que no tengan tratamientos de agua o tengan procesos deficientes y que cuenten con el espacio suficiente”.
Rearte también comenta que la iniciativa puede implementarse en “ feedlots, tambos y otras producciones animales intensivas”, y agrega: “La idea es que la tecnología se afiance y se reproduzca tanto en el sector público como en el privado”.
Sinergia entre el sector privado y académico
Carolina González, miembro del Centro de Investigaciones de AySA, señala que considera clave el vínculo entre el sector privado y académico, porque se puede intercambiar conocimiento y generar proyectos como esta planta de microalgas.
La profesional cree que “es muy importante poder aplicar estas innovaciones en territorio y que los proyectos tengan un gran impacto social”, González siente que esto sumado a la sinergia entre empresa y academia hacen que llegue a más personas.
Casos de tratamiento de aguas con microalgas en América Latina
De acuerdo a la publicación Las microalgas y el tratamiento de aguas residuales: conceptos y aplicaciones (2016), en América Latina existen varios casos de tratamiento de aguas residuales a partir de microalgas, la mayoría de ellos son pruebas piloto.
Uno de los casos citados en este artículo se sitúa en el municipio de Maracaibo, en Venezuela, donde se trataron aguas residuales de pescadería para producir biomasa de la microalga Scenedesmus Sp, que es usada como ingrediente en dietas para peces.
Otro caso destacado es el tratamiento de aguas residuales in vitro, por medio del uso de Chlorella Sp, en la ciudad de Barrancabermeja, en Colombia, que determinó que el uso de estos microorganismos es efectivo en la depuración de aguas residuales.
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Imagen principal: Agua y Saneamientos Argentinos (AySA).