TRANSFORMACIÓN PRODUCTIVA
“Hoy el valor económico más local es el conocimiento”

La economía del conocimiento está transformando el panorama productivo global y local, permitiendo que ciudades intermedias y pequeñas se conviertan en centros de innovación y crecimiento. Especialistas destacan que la deslocalización del trabajo y el capital intelectual abren nuevas oportunidades para el desarrollo local.

El impacto de la economía del conocimiento no se limita a los grandes centros urbanos ni a las industrias tecnológicas de renombre. En los últimos años, la innovación y el capital intelectual se han posicionado como grandes motores económicos, lo que permitió la deslocalización del trabajo y la expansión de nuevas oportunidades en múltiples territorios.

“La economía del conocimiento trajo nuevas reglas de juego. Hoy el modelo productivo tiene que ver con el capital intelectual. Es un fenómeno global y local. Está en las ciudades y en los pueblos; incluso desde el interior del interior se puede hacer economía del conocimiento”, destaca Luis Galeazzi, director ejecutivo institucional de Argencon, la cámara que reúne a las empresas del sector en la Argentina. 

Este nuevo modelo está redefiniendo no solo el cómo se trabaja, sino también desde dónde. La deslocalización permite que las actividades vinculadas al conocimiento puedan realizarse desde casi cualquier lugar, creando nuevas oportunidades para las ciudades intermedias y localidades más pequeñas.

Luis Galeazzi durante la Expocon en Tucumán, septiembre de 2024. Foto: Inés Quinteros Orio, La Gaceta. 

La deslocalización del trabajo y el conocimiento

“Hoy grandes compañías tecnológicas tienen empleados en prácticamente todas las provincias”, ejemplifica Galeazzi en diálogo con +COMUNIDAD. El directivo subraya cómo las ciudades han recuperado la capacidad de generar núcleos de conocimiento vinculados a economías globales. “Ya no es necesario abandonar tu ciudad de origen para ir a un gran centro, porque eso lo podés hacer desde tu lugar”, observa.

Esto abre un abanico de posibilidades para las ciudades que, históricamente, habían visto emigrar a sus jóvenes talentos. Galeazzi resalta la importancia de que las comunidades locales unan sus núcleos de formación —como escuelas técnicas o universidades— con el sector productivo y el gobierno para desarrollar proyectos. “Así nació Tandil, por ejemplo. Se unieron las capacidades locales y crearon un ecosistema que hoy es exitoso. Cada comunidad tiene que investigar dónde está su oportunidad”, aconseja.

En este contexto, las startups juegan un papel esencial. Galeazzi señala que, aunque no todas tendrán éxito, “que un 20% lo tenga ya justifica todo el esfuerzo”. “Hay que ser arriesgado, intentarlo y lanzarse. Esa es la lógica que hay que buscar: una que no depende de que te baje una línea desde una capital, sino que se produce de abajo hacia arriba”.

Este enfoque plantea un desafío para las ciudades: fomentar el emprendimiento local, crear ecosistemas de innovación y capitalizar las oportunidades que la economía del conocimiento ofrece. Y las industrias son cada vez más variadas: además de las grandes tecnológicas, el rubro audiovisual y el de los videojuegos ofrecen startups de todos los tamaños.

Desafíos y oportunidades para las políticas públicas

El economista Martín Rapetti ofrece una perspectiva adicional sobre las cinco dimensiones de la economía del conocimiento: desarrollo económico, productividad, exportaciones, empleo y sustentabilidad. “El mundo va camino al comercio de servicios basados en conocimiento”, asegura el experto, quien destaca que este fenómeno transformará no sólo a las grandes ciudades, sino especialmente a las intermedias, que tienen un gran potencial para atraer industrias del conocimiento.

Estas ciudades intermedias, según Rapetti, experimentarán mejoras en producción, innovación, exportaciones, empleo y salarios al atraer estas industrias. Además, los beneficios no se limitan a lo económico, sino que también impactan en lo social, contribuyendo al desarrollo y la reducción de la pobreza.

La posibilidad de deslocalizar el trabajo, núcleo de la economía del conocimiento, impulsará el crecimiento de las ciudades intermedias, favoreciendo un desarrollo más federal y equilibrado en todo el territorio. 

Sin embargo, Rapetti advierte que este proceso también plantea desafíos importantes para las políticas públicas. “Los gobiernos locales, provinciales y nacionales deben coordinar esfuerzos para movilizar los recursos necesarios y fomentar clústeres locales de conocimiento que impulsen este desarrollo”, explica.

“La expansión del teletrabajo hoy hace innecesario que los jóvenes migren a los grandes centros urbanos para acceder a empleos de alta calidad técnica, permitiendo desarrollar sus carreras profesionales en sus ciudades de origen participando en proyectos de alto valor tecnológico y salarial”.

Argencon, septiembre de 2024.

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Imagen principal ilustrativa: Freepik.