La construcción del metro de Medellín, en la provincia de Antioquia, en Colombia marcó un antes y un después en la población, que hoy se mueve en sus 12 líneas de transporte. La obra nació hace tres décadas, en el período más sangriento de la ciudad, que era la más violenta del mundo, con una tasa de 260 homicidios por cada 100.000 habitantes.
La obra empezó con algunas dificultades, entre ellas la falta de financiación, que hizo que durante tres años, en el período de 1989-1992, se paralice el proyecto por completo. Esto hizo que la comunidad antioqueña perdiera confianza en la iniciativa, por eso los responsables impulsaron una campaña de motivación para revertir esta situación.
Treinta años después esta campaña se conoce como Cultura Metro y busca generar sentido de pertenencia y actitud de cuidado y preservación del sistema de transporte. Jaime Andrés Ortíz Rueda, Gerente Social y de Servicio al Cliente del Metro Medellín, cuenta cómo evolucionó este concepto que acerca a millones de personas al metro.
Cultura Metro, un antes y un después en Medellín
El Metro de Medellín hizo su primer recorrido el 30 de noviembre de 1995, hoy opera 12 líneas de transporte: dos de trenes, tres de colectivos, seis de metrocables y un tranvía. El tiempo previo a la inauguración Ortíz Rueda comenta que se trabajó en fortalecer la confianza de la comunidad, con actividades formativas en diferentes escuelas.
“Lo hicimos a través de un vagón escuela para dar a todas las personas conocimientos básicos sobre cómo funciona un metro y de esa forma hacer que se familiaricen con él. Entonces la gente le empezaba a tener cariño al metro aún sin haberlo conocido”, explica el gerente respecto al período de adopción de esta nueva herramienta.
“Cultura Metro es el concepto mediante el cual hemos podido construir relaciones de confianza con nuestros usuarios, con el fin de cuidar nuestro sistema de transporte, pero también de trabajar en y por las comunidades a través de nuestros programas”.
Los tres pilares de Cultura Metro
Formación, control y sanción son los tres pilares de este concepto, que parte de la educación a sus usuarios respecto a lo que esperan de su comportamiento en el metro. Lo hacen a través de diferentes programas como Formación de usuarios, Escuela de Líderes, Recorridos Pedagógicos y Aprendices de Cultura Metro entre otros.
Esta acción es acompañada de un control y seguimiento, por medio de personal de servicio y educación que trata de que todo marche de la forma adecuada en el metro. Ante una violación a la norma, que puede ser desde romper algo o tratar mal a una persona que viaja en la formación, entra la sanción que depende de la Policía Nacional.
“A partir de estas tres dimensiones perseguimos el propósito de tener un sistema adecuado, cuidado y limpio, con usuarios formados que nos permitan que el sistema opera de forma correcta en las frecuencias determinadas”, explica Jaime Rueda Ortíz.
Articulación con municipios antioqueños
El Gerente Social y de Servicio al Cliente de Metro Medellín expresa que desde esta empresa pública articulan alianzas con los diferentes municipios en los que operan. “Lo hacemos a través de gestiones culturales y educativas para permear de otra forma en las personas usuarias, a quienes les proponemos diferentes actividades y programas”.
Por ejemplo, hace cuatro años junto a la Alcaldía de Medellín y las secretarías de salud de los municipios de la zona, se conformó una Mesa Metropolitana de Salud Mental. Para analizar, planear y definir estrategias preventivas, pedagógicas y formativas que fomenten la valoración de la vida y la salud mental de los usuarios del transporte.
El resultado de esa mesa fue la estrategia “¿Cómo va la vida?”, que contempla acciones para contribuir con el manejo adecuado de las emociones entre vecinos y vecinas. Como talleres de primeros auxilios psicológicos para brindar herramientas para que cualquier persona pueda acompañar a una persona con una situación emocional difícil.
Desafíos de cara a las nuevas generaciones
Jaime Andrés Rueda Ortiz comenta que la falta de interés de las nuevas generaciones por los espacios públicos es un desafío que tienen pensado abordar desde la empresa. En esa línea la Escuela de Líderes en los barrios populares es una de las estrategias que abordan para reeditar, refrescar y transmitir la Cultura Metro, a personas más jóvenes.
El Punto Móvil, una iniciativa lanzada en enero de este año, también surge como una propuesta adicional para poder contar con herramientas dinámicas y didácticas. “Esta estrategia busca mantener y potenciar la Cultura Metro con actividades lúdico – pedagógicas, de forma itinerante en diferentes estaciones”, agrega el gerente.
El propósito siempre es el mismo, transmitir y enseñar al usuario cómo mejorando la relación consigo mismo, impacta de forma positiva en el ecosistema del metro. “De esa forma buscamos llegar de forma presencial a nuevas personas usuarias, nuevas generaciones a las que en estos 28 años de servicio no hemos llegado e impactado”.
Una iniciativa posible de replicar
“La Cultura Metro está muy posicionada en Medellín, las personas realmente sienten que el metro les cambió la vida”, expresa Rueda Ortíz sobre el impacto del sistema. “Los impactos son muy fuertes: las personas se ahorran 37 minutos por cada trayecto en promedio, una hora y cuatro dólares al día, esta cultura es una inversión a lo social”.
En cuanto a la posibilidad de replicar este concepto en otros países, el gerente cuenta que ya lo han hecho en la ciudad de Quito, en Ecuador, y también en Lima, en Perú. “Es replicable diseñándolo muy bien y haciendo una lectura social del territorio, pero hay algunos conceptos genéricos que son posibles de replicar de otras formas”, agrega.
Hacia el final de la conversación, Jaime Andrés Rueda Ortíz reflexiona que Cultura Metro puede ser adoptada total o parcialmente por otras ciudades e instituciones. Sólo basta tener como propósito la construcción de una nueva cultura ciudadana, la convivencia en armonía y el respeto de normas básicas de uso de los bienes públicos.
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Imagen principal: Metro Medellín