Un espacio moderno e interconectado, en donde el talento y la creatividad vayan de la mano para producir conocimiento e impulsar el uso de las nuevas tecnologías. Todo mientras se renueva el entorno urbano, revitalizando especialmente zonas que sufrían cierto decaimiento. Corría el año 2011 cuando el gobierno federal de México anunciaba que estas ideas se harían realidad en alguna localidad del país, bajo un proyecto llamado Ciudad Creativa Digital (CCD). Tras competir con Tijuana, Puebla y Querétaro, finalmente Guadalajara fue seleccionada para ser la sede del megadesarrollo.
Se iniciaba así, en 2012, el camino para construir lo que prometía ser el clúster de multimedia y producción digital más importante de América Latina. “Se requiere una extensión amplia, donde se puedan levantar edificios, viviendas y restaurantes. Esto para que la gente que trabaje en Guadalajara Ciudad Creativa Digital no tenga que moverse más de 200 o 300 metros para poder hacer su vida”, detallaba Adolfo Fonseca, entonces coordinador de Tecnologías de la Información (TIC) del Ayuntamiento local.
El Parque Morelos, emplazado en el centro de la capital, se convirtió en sede de la inversión. “Por su condición histórica y ubicación geográfica, fue el espacio ideal para trazar los principios estratégicos del Plan Maestro para la CCD”, afirmaron los propulsores del proyecto. A la vez, el gobierno de la ciudad apuntaba hacia la revitalización del barrio.
Entre esos principios, destacaron la “creación de una alta calidad de vida por medio de espacios de uso mixto; la integración física y social del sitio con la ciudad; la concepción de Parque Morelos como un lugar de cultura y trabajo del siglo XXI; y la mezcla adecuada de empresas, instituciones y gente creativa”. Todo con la visión de “vivir, comer, respirar y pensar conocimiento”, mientras se establece “un proyecto sustentable replicable y que transforme el futuro”.
Potencia creativa al máximo
La Ciudad Creativa Digital está pensada para concentrar desarrolladores de software, productoras de cine, televisión, videojuegos, animación digital, medios interactivos y aplicaciones móviles. Así, sus impulsores buscan posicionar a la capital de Jalisco a la vanguardia en la economía global.
Hasta 2022, según cifras de la propia CCD, hay 12 empresas creativas instaladas entre los nuevos edificios pensados para albergarlas. Con inversiones que superan los 50 millones de pesos mexicanos, se generaron más de 800 empleos directos en los últimos años. Además, entre las instalaciones se llevan a cabo eventos mundiales sobre artes visuales.
En septiembre, el fideicomiso que administra el emprendimiento informó que el 100% de las oficinas existentes ya estaban ocupadas. Antonio Salazar Gómez, su presidente, comunicó que para 2023 esperan nuevas inversiones construcción “por la necesidad de más espacios para las empresas, además de que el sector audiovisual requiere de estudios de grabación y de oficinas”.
Para concretar la megainversión, trabajaron en conjunto el gobierno federal, el del estado de Jalisco, el de Guadalajara, el fideicomiso ProMéxico, la Sociedad Hipotecaria Federal y la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (CANIETI). El concurso en el que compitieron las ciudades mexicanas fue organizado entre la administración nacional y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).
“La visión de este proyecto es reconocer y potenciar la creatividad, el talento, el valor y la determinación que nos caracteriza a los mexicanos y a los tapatíos (habitantes de Guadalajara), a través de un espacio donde el uso de la tecnología y el impulso a la innovación aportan beneficios económicos, de movilidad, medioambientales y sociales”, sostienen en el gobierno local. Y, según su óptica, el proceso “está reescribiendo la historia de la ciudad; conviviendo la grandeza del pasado y un mejor mañana”.
Las transformaciones urbanas
Entre 2012 y 2015 no hubo demasiados avances para constituir la Ciudad Creativa Digital. En aquel año, Guadalajara finalmente destinó más de 4.000 millones de pesos mexicanos en obra pública para iniciar la transformación del centro histórico. Tras el avance de las intervenciones, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) calificó el proyecto como una “de las potenciales smart cities en México”.
“La contaminada y ruidosa avenida Alcalde se transformó en el paseo Fray Antonio Alcalde, uno de los más bonitos de México con espacios públicos dignos, eventos culturales espectaculares y una movilidad multimodal innovadora que le devuelve la vida al corazón de la ciudad, conectándolo con el resto de la metrópoli”, ejemplificaron desde el Ayuntamiento.
Alrededor del Parque Morelos, se impulsó la construcción del “Distrito Creativo”, siguiendo una “triple hélice” entre gobierno, academia e iniciativa privada. Las áreas verdes fueron preservadas y mejoradas, para así formar un espacio público interactivo con los lugares de trabajo.
Una de las calles aledañas se convirtió en el “Paseo Alameda”, un pasillo peatonal, artístico y comercial que enlaza a los principales inmuebles del hub digital, comunicando los espacios con actividades culturales. “La intervención urbana en CCD va encaminada al establecimiento de de un modelo de usos mixtos, con un esquema adaptable y pensado a futuro para que fusione los espacios para la industria creativa con los educativos, los habitacionales y el comercio, con múltiples áreas abiertas para la interacción humana y digital, en un rango de disfrute peatonal”, señalaron los ideadores del proyecto.
Visiones encontradas
La construcción de la Ciudad Creativa Digital no escapó de problemáticas y reveses. Además de las demoras iniciales con el paso de las gestiones, algunos habitantes del centro de la “Perla de Occidente” se quejaron por las demoliciones y el avance de los nuevos proyectos inmobiliarios.
Según las voces críticas, el Distrito Creativo implica un proceso de gentrificación que obliga a decenas de familias a desplazarse del centro a las periferias. “Se ha ido mucha gente por un deterioro y un abandono que fue provocado por el gobierno, que luego dice que viene a rescatar”, protestó Héctor Robledo, especialista en vivienda e integrante del colectivo Caracol Urbano. Además, quienes se oponen a las nuevas inversiones aseguran que la intención es construir viviendas temporales con fines turísticos, y no para habitar.
El alcalde de Guadalajara, Pablo Lemus, negó las acusaciones y afirmó que buscan favorecer la dinámica poblacional en el centro de la ciudad. “El gobierno busca impulsar la redensificación de la zona. Si no se hace nada, seguirá deshabitado. Se trata de edificar departamentos para el modelo de familia nuevo, que son parejas sin hijos o personas que viven solas. Las viviendas que van a llegar al centro histórico tienen carácter social y vamos a seguir apostando a eso. Hay de todo”, aseguró el jefe municipal.