BOLETÍN IDEAS & INSPIRACIÓN
Bosques Educativos: aulas vivas en la Amazonía Boliviana

Una iniciativa impulsada por el Instituto para el Desarrollo Rural de Sudamérica (IPDRS) integra educación ambiental, conocimientos ancestrales y tecnología para fortalecer la relación entre las nuevas generaciones y su entorno. Así, los bosques se convierten en aulas abiertas, donde la naturaleza es la principal maestra.

En el corazón de la Amazonía boliviana, una iniciativa educativa está transformando la relación entre las comunidades y su entorno natural. Los Bosques Educativos, desarrollados por el Instituto para el Desarrollo Rural de Sudamérica (IPDRS) en colaboración con comunidades locales y escuelas, transforman los bosques en aulas vivas donde estudiantes, docentes y familias aprenden y revalorizan los saberes ancestrales.

Desde 2021, este programa ha establecido diez bosques educativos en los municipios de Puerto Rico, El Sena, San Lorenzo y Gonzalo Moreno, en el departamento de Pando, al norte del país. Más de 1.000 estudiantes y 53 docentes de 15 comunidades participaron en actividades que integran asignaturas tradicionales—como matemática, ciencias y lenguaje—con prácticas en el bosque. Utilizando recursos naturales y tecnologías modernas, los alumnos exploran la biodiversidad local y adquieren conocimientos científicos mientras fortalecen su identidad cultural.

Para apoyar este enfoque pedagógico, el IPDRS publicó “Monte Maestro“, una serie de cuatro guías didácticas que abarcan áreas como lenguaje, conocimiento del entorno natural, estudios sociales y matemáticas. Estas guías, elaboradas en colaboración con educadores y comunidades, buscan contextualizar la educación y promover una conexión más profunda con la Amazonía. Además, se prevé la publicación de una guía sobre creatividad musical para enriquecer aún más el aprendizaje. 

Bosques colaborativos y con impacto

La implementación de los Bosques Educativos es un esfuerzo conjunto. Por un lado, las comunidades aportan su conocimiento tradicional y participan activamente en la creación y mantenimiento de estos espacios. Por otro, las escuelas adaptan sus currículos para incorporar actividades prácticas en el bosque, abarcando asignaturas como ciencias naturales, matemáticas y lenguaje. El IPDRS, en tanto, facilita recursos pedagógicos y capacitación, asegurando que la iniciativa se adapte a las necesidades locales y sea sostenible en el tiempo.

Las actividades en los bosques incluyen la identificación de especies forestales, paseos por la naturaleza y concursos de fotografía, utilizando tanto recursos naturales como tecnologías modernas. 

“Para los niños, los bosques educativos son cruciales. Lo que aprenden en el bosque lo aplican luego en sus casas, y llevan lo que aprenden en sus casas a la escuela”, reflexiona la maestra Lucecita Salinas, de la Comunidad Iraq, en la Amazonía Boliviana. 

Miguel Cordero, miembro de la comunidad Gonzalo Moreno, destaca la importancia de esta metodología. “Quiero que los niños conozcan todas las plantas, igual que nosotros, y de la misma manera que nuestros antepasados y abuelos nos enseñaron. Mi parcela se ha convertido en un bosque educativo con múltiples especies: cacao, castaño y otras plantas”, contó entusiasmado.

Recorrido entre bosques educativos, en la Comunidad de Batraja. Foto: IPDRS.

Expansión y futuro del proyecto

Según la evaluación de organismos internacionales, como UNESCO, este tipo de programas fortalecen la conexión de los jóvenes con su entorno y promueven una mayor conciencia sobre la conservación ambiental. Además, observaron una revitalización de los conocimientos ancestrales y un fortalecimiento de la identidad cultural en las comunidades participantes.

El éxito de los Bosques Educativos motivó la expansión del proyecto. Se prevé la implementación de cinco nuevos bosques educativos, beneficiando a 3.580 estudiantes adicionales. Esta nueva fase incluirá actividades extracurriculares enfocadas en derechos, prevención de la violencia y educación financiera. 

Además, se planea involucrar a unidades educativas urbanas en Riberalta, con el objetivo de recuperar y conservar humedales en riesgo. Según estimaciones del IPDRS, esta propuesta beneficiará indirectamente a casi 80.000 habitantes que conviven con estos ecosistemas. 

Esta nota se publica como parte del Boletín Ideas & Inspiración de la Red de Innovación Local (RIL), donde cada mes se destacan casos innovadores en ciudades de todo el mundo. ¿Te gustaría recibir, una vez al mes, soluciones locales inspiradoras como las de esta nota en tu correo? ¡Podés suscribirte de forma gratuita!

Imagen de portada: ilustración de RIL y +COMUNIDAD basada en fotos del IPDRS.
Redacción +COMUNIDAD.