Chatico
En Bogotá, una ciudad de más de siete millones de habitantes, miles de personas interactúan a diario con el gobierno para resolver cuestiones básicas: consultar si acceden a un beneficio social, revisar el estado del transporte público, inscribir a sus hijos e hijas en la escuela o pagar impuestos. Pero también pueden proponer temas para sus barrios, monitorear el avance de cada iniciativa y participar en procesos de decisión pública desde sus WhatsApp.
Durante años, gran parte de esas gestiones estuvo marcada por información dispersa, trámites presenciales que requerían tiempo y dificultades para encontrar respuestas claras. Estas barreras no sólo afectaban la experiencia de los servicios públicos: también limitaban las posibilidades de participar en decisiones colectivas, un componente central del modelo de Gobierno Abierto que la ciudad impulsa desde hace una década.
Ante este diagnóstico, la Administración Distrital comenzó a explorar nuevas formas de relación con la ciudadanía, más accesibles y sin intermediarios. “La relación del distrito con la ciudadanía estaba fragmentada y sobredemandada”, explica a +COMUNIDAD Mónica María Fonseca Vigoya, líder técnica y de Gobierno Abierto.
Así surgió la decisión de apostar por un canal tan cotidiano como WhatsApp y, luego, por la inteligencia artificial conversacional “Hay que estar donde ya está la ciudadanía, y la tecnología debe adaptarse a las personas, no al revés”, profundiza la funcionaria.
En ese contexto surge Chatico, un asistente virtual creado en 2022 para integrar información pública, facilitar trámites y, sobre todo, abrir un acceso simple y directo a los procesos de participación ciudadana. La herramienta se inscribe en el modelo de Gobierno Abierto de Bogotá y busca convertirse en el principal canal para acercar al Estado a la vida cotidiana de las personas.

Chatico, un puente entre gobierno y ciudadanía
Chatico funciona como un canal unificado que permite consultar servicios y trámites, recibir recordatorios personalizados, acceder a programas sociales o pagar obligaciones tributarias sin necesidad de visitar una oficina. Está disponible por WhatsApp y en la página web de Gobierno Abierto de Bogotá.
Su desarrollo respondió a un esquema de colaboración público–privada que combina la conducción estratégica del gobierno distrital con las capacidades tecnológicas de un aliado especializado.
Desde la Consejería Distrital TIC, y en articulación con las entidades del distrito, el gobierno definió la visión general del proyecto —alineada con Bogotá Capital Digital y la plataforma de Gobierno Abierto—, priorizó los servicios y casos de uso, y diseñó los flujos conversacionales. También asumió la curaduría y validación de contenidos oficiales, la gobernanza de datos, los lineamientos éticos y el cumplimiento normativo, además del seguimiento de indicadores para orientar la evolución del servicio.
Por su parte, ETB–SÍLICE, como socio tecnológico, aportó la infraestructura necesaria para operar un canal omnicanal y escalable, alojado en la nube. Su rol incluye el desarrollo, integración y mantenimiento de los flujos conversacionales; el soporte técnico y la operación diaria; la mejora continua de la experiencia de usuario; y el acompañamiento en analítica de uso para comprender patrones de interacción y orientar ajustes.
Este esquema permitió que Chatico combinara una conducción pública clara —basada en estándares, transparencia y orientación al usuario— con una operación tecnológica robusta y flexible, capaz de escalar, incorporar nuevos servicios y sostener niveles altos de disponibilidad.

El camino de Chatico para acercar al Estado a las personas
Los primeros resultados de Chatico muestran cómo un canal simple puede transformar la relación entre el gobierno y la ciudadanía. Desde su lanzamiento, gestionó más de 3,6 millones de conversaciones y alcanzó un 85% de satisfacción. Pero el cambio más relevante se observa en los procesos de participación: en el Presupuesto Participativo de 2023, el 82% de las personas que votaron lo hicieron por primera vez a través de Chatico. El asistente se convirtió así en la puerta de entrada para miles de vecinos y vecinas que nunca habían participado en decisiones públicas, con tiempos de respuesta promedio de apenas 0,38 segundos.
Chatico también impulsa nuevas formas de democracia digital, como las Causas Ciudadanas. Allí, habitantes de distintos territorios pueden proponer temas de interés colectivo, seguir su avance y conocer cómo se gestionan las iniciativas. Para una ciudad donde muchas personas históricamente quedaron al margen de los espacios de decisión, estas herramientas buscan abrir oportunidades concretas para ampliar derechos y fortalecer la confianza en las instituciones.
La medición de impacto es un componente central del proyecto. Según explica Mónica María Fonseca Vigoya, el equipo analiza periódicamente los indicadores y los vincula con decisiones de política pública, ajustes en los flujos y priorización de nuevos servicios. Entre las métricas que utiliza Bogotá se encuentran el volumen de conversaciones y usuarios únicos, la recurrencia de quienes regresan al canal, los temas y flujos más consultados, el nivel de automatización de las respuestas, los tiempos de disponibilidad del servicio y, de manera especial, la participación ciudadana reflejada en interacciones en procesos participativos y consultas públicas.

Hacia un asistente más inteligente y accesible
En paralelo al crecimiento de su uso, el equipo comenzó a fortalecer la madurez tecnológica del asistente. Hoy Chatico opera en un nivel cognitivo que le permite sostener diálogos naturales, personalizar respuestas y ofrecer recomendaciones adaptadas al contexto de cada consulta. Esta evolución fue posible gracias a la integración de modelos de lenguaje avanzados —como GPT, Gemini o LLaMA—, que hacen que la interacción entre la ciudadanía y la gestión municipal sea más fluida y cercana.
Según explica la líder técnica y de Gobierno Abierto de Bogotá, esta mejora tecnológica se traduce en una experiencia cotidiana más simple: las personas pueden resolver, desde el celular y en lenguaje natural, procesos que antes implicaban filas, llamadas extensas o navegar por distintos sitios web sin resultados claros. Entre las funciones más utilizadas se encuentran:
- Información sobre trámites y servicios prioritarios
- Acceso a procesos de participación ciudadana digital
- Atención multicanal, disponible las 24 horas
El modelo de sostenibilidad de Chatico
La Alcaldía de Bogotá asegura que el modelo de sostenibilidad de Chatico se basa en cuatro capas:
Sostenibilidad institucional
Chatico cuenta con respaldo político porque forma parte del Plan de Desarrollo Distrital. La iniciativa se vincula con la meta de fortalecer la plataforma de Gobierno Abierto y los canales de participación y servicio digital. Esto busca darle continuidad más allá de los cambios de administración.
Sostenibilidad financiera
Las operaciones de Chatico se financian con recursos del presupuesto de la Consejería Distrital TIC y con contratos de servicios especializados. Estos fondos se articulan con otros proyectos digitales, como la SuperApp Bogotá, la infraestructura de datos y la identidad digital.
Sostenibilidad tecnológica
El chatbot funciona sobre infraestructura en la nube y utiliza un diseño modular e interoperable. Esta arquitectura permite escalar el volumen de interacción, integrar nuevas entidades y sumar servicios mediante APIs. También facilita mejorar las capacidades de IA sin reescribir la solución completa.
Sostenibilidad de conocimiento y operación
El proyecto cuenta con un modelo de gobernanza de contenidos. Allí se actualiza la información, se asignan responsables y se documentan los flujos conversacionales. Además, se utilizan tableros de seguimiento para monitorear su uso, la recurrencia y los temas críticos del servicio.
Un desafío: estar más cerca de la ciudadanía
De cara al futuro, el equipo de Gobierno Abierto proyecta que Chatico se convierta en el asistente digital central de Bogotá. La expansión del servicio se articula con la SuperApp y la identidad digital, y busca que la herramienta deje de operar como un chatbot aislado para integrarse plenamente en el ecosistema de servicios públicos digitales de la ciudad.
“Se proyecta como el asistente digital central de Bogotá”, dice Mónica María Fonseca Vigoya. En sus palabras, la hoja de ruta incluye:
- Profundizar las capacidades de IA generativa, manteniendo gobernanza y supervisión humana, para mejorar la comprensión de consultas complejas, ofrecer respuestas más contextuales y apoyar a los equipos internos en la gestión de conocimiento.
- Integrar más servicios transaccionales, de forma progresiva y segura: agendamientos, radicación de solicitudes, seguimiento de casos y, en una etapa posterior, operaciones que requieran autenticación e identidad digital.
- Evolucionar hacia interacciones más proactivas. Por ejemplo, entregar información relevante antes de que el ciudadano la solicite (campañas de ciudad, alertas de servicios públicos, participación en políticas, recordatorios de fechas clave), siempre bajo autorización informada y respeto de la protección de datos personales.
- Fortalecer la accesibilidad e inclusión, incorporando mejoras para personas mayores, personas con discapacidad, distintos niveles de alfabetización digital en entornos de baja conectividad.
En paralelo, el gobierno local está documentando el modelo de gobernanza, arquitectura y operación de Chatico para poder compartir aprendizajes y, eventualmente, explorar esquemas de cooperación con otras ciudades interesadas.

Campaña Chatico. Imagen: Administración Distrital de Bogotá.
Hacia una herramienta que trasciende fronteras
Chatico ya funciona como puerta de entrada a servicios de varias entidades del distrito. La meta es que más áreas de la gestión municipal lo integren, no solo para informar sino también para apoyar procesos internos. Hoy participa en ámbitos como educación, empleo y emprendimiento; gestión de residuos, servicios públicos y medio ambiente; y programas sociales, seguridad, convivencia, cultura y deporte.
La experiencia también empieza a proyectarse fuera de la ciudad. Bogotá participa en redes de ciudades y en espacios internacionales donde comparte su trabajo en Gobierno Abierto, participación digital y uso de IA para la gestión pública. “La intención es que la metodología de Chatico —su arquitectura, modelo de gobernanza y aprendizajes— pueda ser aprovechada por otras ciudades, adaptándose a sus contextos y capacidades”, señala Mónica María Fonseca Vigoya.
Para Bogotá, la apuesta es clara: que el camino recorrido con Chatico contribuya a un ecosistema latinoamericano de ciudades que utilizan la tecnología de manera responsable para acercar el gobierno a las personas.
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Redacción +COMUNIDAD
