En el Sistema de Riego del Río Guárico, ubicado en Calabozo, en el estado de Guárico, uno de los principales productores de arroz de Venezuela, los trabajadores tenían un problema: el daño ocasionado por ratas y ratones en los respectivos cultivos de arroz.
Para resolver este contratiempo, los productores utilizan varios métodos, entre ellos la colocación de nidos artificiales para lechuzas de campanario, más conocidos como “cajas nido”, que permiten el control natural de plagas como lo son los micro roedores.
A partir de la decisión de incluir el control natural de roedores en el cultivo de arroz, a través de la colocación de cajas nido para lechuzas de campanario, se ha logrado tratar el problema, y también conservar una especie que es amigable con el medioambiente.
Primera experiencia de control natural de roedores en Mendoza
En Mendoza, una ciudad de la región de Cuyo en Argentina, la Subsecretaría de Ambiente junto a 15 científicos del Conicet, elaboraron un proyecto para atraer lechuzas de campanario, con el objetivo de controlar plagas en la zona céntrica.
Sebastián Fermani, Subsecretario de Ambiente, explica: “Este proyecto consta de la instalación de dos cajas nido para lechuzas, que son especies naturales de nuestros ecosistemas, cuyas presas son animales que generan problemáticas, como las ratas”.
Además agregó que, como en otros países, la iniciativa busca “conservar los servicios ecosistémicos, mejorar de forma constante la vida de los vecinos de la ciudad y ofrecer una acción más en pos del control biológico de especies plagas en zonas urbanas”.
La presencia de roedores que puedan causar enfermedades zoonóticas en la ciudad, no es un problema para Mendoza, pero aún así les pareció importante promover una iniciativa que es sustentable y ecológicamente amigable con el medioambiente.
Agustín Zarco, doctor en Ciencias Biológicas del Conicet, que trabajó en conjunto con el Municipio de Mendoza comenta que en Argentina es una iniciativa novedosa: “Es la primera vez que se implementa la colocación de cajas nido en un área urbana del país”.
Las cajas nido se han colocado en el Parque Deportivo de Montaña y en el espacio Nave Cultural, ambos lugares se encuentran en la zona centro de la ciudad, desde allí se podrá monitorear el comportamiento de las lechuzas y el desempeño de esta medida.
Sebastián Martin, Coordinador del Área de Biodiversidad, mencionó: “Este proyecto es parte de la estrategia de biodiversidad urbana de Mendoza, se alinea con la implementación de soluciones basadas en la naturaleza. Todas apuestan a la conservación de sus contribuciones a las personas en el ecosistema urbano”.
Características de la lechuza de campanario
La lechuza de campanario, o lechuza blanca (nombre científico: “Tyto alba”) es un ave rapaz nocturna de tamaño medio, que se caracteriza por tener su cara aplastada en forma de corazón, el pico pequeño y los ojos grandes y negros situados hacia delante.
Por sus características físicas y biológicas, además de su dieta a base de roedores como ratas y ratones, se ha convertido en un elemento clave para el control natural de plagas como son estos micro roedores (se estima que consumen más de mil al año).
Su capacidad para la cacería nocturna se da por la suavidad del plumaje, alas anchas y redondeadas, disco facial que actúa como radar, disposición asimétricas de los oídos, ojos hacia delante que le dan un mayor campo visual binocular y cuello súper móvil.
Ciudades que apuestan a prácticas sostenibles y ecológicas
En las plantaciones de manzano en la comunidad de Asturias, en España, las cajas nido han sido efectivas para incrementar el control biológico de las plagas, como los pulmones o gorgojos, que aparecían en la flor, sobre todo en época de floración.
Trabajadores del lugar colocaron diez cajas nido en doce plantaciones de manzano, que son destinados a la producción de sidra, estos nidos artificiales fueron ocupados respectivamente por diferentes aves insectívoras, entre ellas la lechuza de campanario.
En el Parque Nacional Cerro de Las Campanas y en La Corregidora, de Querétaro, en México, también apostaron por la colocación de cajas nidos como control natural de roedores que atentaban contra la vegetación de la zona y los transeúntes de la zona.
Estos lugares fueron elegidos luego de avistar lechuzas en la zona, una vez localizada el área de trabajo se buscó el lugar de anidación, para poder recoger con facilidad los restos de alimentos no digeridos, sin interferir en la vida cotidiana de esta especie.
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Imagen principal: Unsplash.
