Por Sheehan, The Cultural Tutor (*)
Esto no es una crítica contra la arquitectura moderna ni la planificación de las ciudades. Tampoco es una valoración negativa de los ambientes urbanos que podríamos llamar “feos”. En realidad, este artículo trata de ver por qué hay esperanza para ellos.
Comencemos haciéndonos una pregunta: ¿qué hace que una ciudad como Roma sea tan maravillosa? El hecho de que no se planificó de una sola y única vez es una de las razones. Tiene muchas calles sinuosas e irregulares, que son sorprendentes, encantadoras y llenas de detalles.
La “Ciudad Eterna” también tiene una increíble variación de estilos. Puedes encontrar arquitectura clásica, medieval, renacentista y moderna. Todo mezclado.
Pero nadie diseñaría jamás una ciudad como Roma. Esto es simplemente porque no puedes planificar siglos de crecimiento, desarrollo, destrucción, cambios culturales y tecnológicos… De hecho, existe una sutil atmósfera “natural” entre estas ciudades no planificadas (o parcialmente planificadas). Ambas han crecido con el tiempo, muy lentamente.
Simplemente compare un bosque natural con uno artificial y verá la diferencia. Esto sólo puede suceder gracias al crecimiento orgánico y los cambios durante décadas o siglos. Es un límite que ninguna cantidad de planificación o de diseño podría superar.
Hermosas posibilidades urbanas
¿Todo esto significa que no podamos planificar ciudades interesantes o hermosas? Por supuesto que no.
Primero lo primero: los planes urbanos organizados esquemáticamente no son invenciones modernas. Esto de aquía abajo no es Manhattan; es un plano de la ciudad de Mileto diseñado por Hipodamo, un urbanista de la Antigua Grecia, en el siglo V a.C.
Segundo: existen ciudades hermosas que han sido planificadas a gran escala. Por ejemplo Barcelona, que tiene una parte con un trazado escrupulosamente regular y es considerada una de las ciudades más bellas e interesantes del mundo.
O París, que fue rediseñada por Haussmann en el siglo XIX. Gran parte de sus áreas medievales fueron demolidas y reemplazadas por un arquitectura altamente estandarizada. ¡Pero igual es magnífica!
Entonces, aunque hay algunas cosas que no se pueden planificar, aún es posible diseñar ciudades interesantes y hermosas. Entonces, la existencia generalizada de barrios y suburbios eternos, de un solo uso, resulta preocupante. No todo puede ser París o Barcelona, pero seguro podemos hacerlo mejor y construir “ciudades vibrantes”.
Y esto es lo que nos lleva de vuelta a Roma. Incluso si existen muchos entornos urbanos modernos que se han planificado de una manera que se siente “estéril, repetitiva y fea”, es probable que el mismo paso del tiempo lo arregle. A medida que transcurren los años, las cosas se desarrollarán y cambiarán lentamente. Y, quién nos dice, podría surgir una hermosa ciudad.
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(*) Este artículo fue publicado originalmente en inglés como un hilo de Twitter en la cuenta de The Cultural Tutor, el 20 de julio de 2022. El escritor autorizó a +Comunidad su traducción y publicación en este sitio.
Imagen principal: Roma, la Ciudad eterna – Shutterstock.
Imágenes en la nota: Twitter de The Cultural Tutor.