FUTURO
Desmitificando la noción de “Smart Cities”

¿Qué se necesita para dar el paso del mito a la realidad con las smart cities? Migrar hacia ciudades inteligentes dejó de ser una opción para tornarse una necesidad.

Por Lucía Bellocchio,
directora de Trend Smart Cities*

Cuando de smart cities se habla todo parece indicar que una noción un tanto imaginaria – y hasta idealizada-, se ha apoderado de este concepto. Y ello, claro, acompañado de noticias y titulares que nos hablan de los rankings de las ciudades más inteligentes, más conectadas, más tecnológicas, más digitales o de proyectos que destacan infraestructuras de las más sofisticadas.

Pero… ¿será que migrar de una gestión tradicional a una gestión inteligente de las ciudades pasa tan ‘solo’ por ahí? Desde Trend Smart Cities, la organización que lidero, la experiencia nos ha demostrado que para aplicar un ‘enfoque smart city’ a cualquier escala de ciudad el primer paso es ‘desmitificar’ este concepto que, aplicado con planificación y estrategia, puede resolver varios de los problemas a los que hoy se enfrentan las ciudades y mejorar notablemente la calidad de vida de las personas en las ciudades, usando herramientas que hoy tenemos alcance de nuestras manos.

Comencemos entonces por comenzar la ruta hacia las Smart Cities dando el salto desde el mito hacia la realidad:

Mito 👉“Es un tema para grandes ciudades”. Fueron muchísimas las veces que me crucé con frases como estas, bajo el entendimiento que solo eran o podrían alcanzar el status de ‘smart cities‘ ciudades como New York, Singapur, Londres, Tokio, Shangai, etc, es decir sólo grandes ciudades, capitales o ciudades densas y superpobladas.

Realidad 👉 Cualquier ciudad puede convertirse en una smart city. Sin importar si hablamos de una ciudad de escala chica, intermedia o grande, cualquier urbe puede trabajar en una transición hacia una ciudad inteligente. Desde una ‘megaciudad’ -ciudades con más de 10 millones de habitantes- hasta entornos rurales pueden aplicar un enfoque smart, pensando en aplicar un mindset innovador, tomando las herramientas hoy disponibles para mejorar algún servicio ciudadano. En este sentido, es interesante ver cómo, pandemia mediante, tornarse una ‘smart city‘ puede ser una gran oportunidad para ciudades de escala intermedia para, de esta manera, atraer talentos, inversiones y trabajar en su proyección regional e internacional. Ejemplos como los de Curitiba, Brasil o Bristol, Inglaterra nos afirman esto.

Mito 👉 “Es un tema de urbanistas y arquitectos/as”. Otra gran falacia, con todo respeto a estos profesionales con los que trabajo y a quienes respeto, admiro y aprendo muchísimo. Cuando hablamos de un fenómeno tan complejo y dinámico cómo lo son los entornos urbanos, tenemos que dejar atrás el entendimiento de que el diseño y planificación de las ciudades les compete solo a quienes han estudiado esta profesión.

Realidad 👉 Todos/as hacemos ciudad y la ciudad nos necesita involucrados. Como bien decía Emilio Soyer -arquitecto peruano- “las ciudades las construyen sus habitantes, porque todos con nuestra presencia hacemos ciudad“. Y, particularmente, en las ciudades del siglo XXI que atraviesan momentos de grandes cambios, se torna necesario un enfoque multidisciplinario y holístico en la construcción de la visión de ciudades, que incluya miradas de todo tipo, antropólogos/as, sociólogos/as, especialistas en diferentes tecnologías (IA, Blockchain, realidad virtual y aumentada, etc), especialistas en desarrollo sostenible y ambiente, economía, politólogos/as, abogado/as y un gran etcera.

Mito 👉 “Es necesario un desarrollo tecnológico sofisticado”. Sin dudas, uno de los mitos más recurrentes es partir de la idea de no estar aptos para avanzar en una estrategia o proyectos ‘smart city’ por “no contar con presupuesto para incorporar tecnologías de vanguardia o inversiones para un desarrollo tecnológico sofisticado“. Este mito se remonta a los años ’90, cuando aparece, de la mano de grandes corporaciones de la industria tecnológica. el concepto ”smart city‘ o ‘ciudad inteligente‘ en el que la tecnología parecía venir a resolver todos los problemas urbanos y era la gran protagonista.

Realidad 👉 Mindset innovador- y digital-. Claro está que hoy la tecnología disponible puede hacer hasta más que lo que nos imaginamos y que son casi infinitos los datos que las tecnologías nos pueden brindar. Por ello, poner como foco central de las ciudades inteligentes solo a las tecnologías ya lo cobra sentido, pues ¿de qué vale colmar una ciudad de tecnología si ésta es solo para unos pocos o si la ciudadanía no logra interactuar con ella o sacarle un real provecho? La experiencia nos demuestra que “debemos pensar ciudades inteligentes desde el problema y no desde la tecnología“, debemos indagar a través de un enfoque centrado en las personas –human centered design– en los problemas urbanos, cambiar nuestra mindset a un mindset innovador que nos ayude a pensar esos problemas de una forma diferente a como lo veníamos haciendo, y en muchos casos, digital como reflejo de una ciudadanía que pivotea entre la vida física y la digital. Trabajar desde la escala humana de la tecnología y las ciudades.

Mito 👉 “La transformación de una ciudad en una smart city le compete al sector público”. Bajo esta concepción, muchas gobiernos creen que son sólo ellos quienes detentan el poder de establecer la visión de ciudad y las reglas de juego. Del otro lado, empresas y emprendedores se desalientan al no ser involucrados o al no tener participación, más aun cuando no se establecen políticas publicas de fomento al ecosistema emprendedor. Otros sectores como ONG’s y universidades lamentan que no haya debate y profesionalización sobre los temas que involucran la nueva agenda urbana.

Realidad 👉 Cooperación P-P-P (Público + Privado + Personas). Si bien es verdad que la decisión política de migrar hacia una gestión inteligente de las urbes recae, en gran parte, en los gobiernos -principalmente locales-, la experiencia nos demuestra que ciudades que hoy son referencia en términos de ‘smart city‘ trabajan en conjunto y de forma colaborativa entre el sector público, sector privado y tercer sector, teniendo un diálogo fluido en la construcción de la anhelada ciudad del futuro. Es así que la tendencia hoy, a la hora de encarar proyectos con ‘enfoque smart city‘; es diseñarlos bajo alianzas P-P-P (público, privado, personas), teniendo en cuenta los diferentes intereses y el valor que cada uno puede aportar. De la misma manera, se torna necesario involucrar a todos los sectores de la población, todas las edades e intereses que puedan involucrarlos.

Migrar hacia ciudades inteligentes dejó de ser una opción para tornarse una necesidad

Con estadísticas contundentes que posicionan a América Latina y El Caribe como una de las áreas más urbanizadas del mundo- luego de Estados Unidos-, pero con ciudades que a la vez enfrentan hoy enormes problemas estructurales como pobreza, desempleo, brecha digital, inseguridad, deserción escolar, entre otras, preocuparse y ocuparse por mejorar la gestión de las urbes deja de ser una opción para convertirse en una necesidad.

Y en la ruta de las ciudades latinoamericanas hacia las smart cities el primer paso empieza por abandonar aquella noción imaginaria y saltar del mito a la realidad, para tomar acción y comprender que desde una megaciudad hasta una pequeña ciudad del interior pueda gestionar las ciudades de forma inteligente, transparente y eficiente para aggionarse a la sociedad que habita en las ciudades del siglo XXI.

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Desde Trend Smart Cities estamos acompañando a gobiernos, empresas, emprendedores y startups a transitar el camino hacia una gestión inteligente, sostenible y centrada en las personas, rompiendo mitos y viejos paradigmas.

*Trend Smart Cities.
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Foto principal: IE Insights.