La superpoblación de perros y gatos es un problema presente en ciudades de todos los tamaños. Además del sufrimiento animal, se trata de un auténtico desafío de salud pública para las personas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), este descontrol causa accidentes de tránsito y facilita la aparición de patologías zoonóticas, que pueden revestir distintos grados de gravedad.
Almirante Brown (Buenos Aires, Argentina) inició en 1996 una política de Estado que le permitió alcanzar un equilibrio poblacional de perros y gatos. ¿Qué quiere decir? Que no nazcan más crías de las que pueden tener hogar y que los animales que están en situación de calle sean adoptados rápidamente. También “que la comunidad valore y sea más responsable con sus perros y gatos”, sostiene la Red de Políticas Públicas.
Gracias al trabajo articulado entre esta organización y el gobierno local, Almirante Brown se convirtió en el primer municipio bonaerense en poner fin al sacrificio de animales. Lo hizo reemplazando esa práctica por un servicio público de castraciones masivas y atención primaria.
Según sus cifras, desde la creación del Centro Municipal de Sanidad Animal y Zoonosis, entre 1996 y 2019 castraron a más de 300.000 perros y gatos. Entre los resultados positivos, destacan la baja tasa de personas mordidas, la visible disminución de animales sin dueño en la vía pública, la baja en los reclamos telefónicos por canes sueltos y también una reducción en los casos de enfermedades en las mascotas.
En la actualidad, la Municipalidad realiza 150 castraciones en 4 horas, con 3 equipos veterinarios, bajo el lema “Mientras castramos educamos, mientras educamos castramos“.
Para tener éxito
“No se necesitan tantos años para lograr el equilibrio poblacional. Sobre todo en municipios chicos y medianos, el impacto es casi inmediato. Los más grandes no se necesitan muchos años tampoco. En una gestión de gobierno lográs la meta”, aclaró a +Comunidad Jorgelina Russo, presidenta de la Red de Políticas Públicas.
En la organización sostienen que la castración quirúrgica es el método idóneo “porque es ético, eficaz, seguro, económico, definitivo, y beneficia la salud de los animales y de las personas”. “Para que una campaña de castración logre el impacto poblacional deseado debe reunir las siguientes características: ser masiva, sistemática, gratuita, temprana, extendida y no excluyente”, especifican.
Basándose en cifras de reproducción elaboradas por el American Humane Association de Estados Unidos, la Red destaca que, castrando 1.000 hembras caninas, en 7 años no nacerían 5.432.000 cachorros. “La progresión de nacimientos es exponencial. Solo se resuelve trabajando preventivamente. La mejor manera de resolver un problema es evitarlo”, afirman.
Estrategias de fracaso
En la Red de Políticas Públicas defienden el programa de equilibrio poblacional de perros y gatos basado en las castraciones masivas y gratuitas. En especial, destacan que otras estrategias constituyeron modelos de fracaso por distintos factores, según sus análisis:
– Refugios, hosterías, perreras, albergue, caneras: “Es un malgasto de recursos que empeora el problema. Transmiten el mensaje de que abandonar está bien. Instalan el concepto de animal descartable, etc.”.
– Chipeado: también lo califican como “un malgasto de recursos” y advierten que pueden fallar si son de mala calidad, además de dañar la salud de los animales.
– Hospital Público Veterinario: “En escenarios de sobrepoblación animal, le quita presupuesto al servicio de castraciones masivas. La demanda supera la capacidad de atención”.
– Políticas de tenencia responsable: “Apelan a la persecución y coerción, generando rechazo de la comunidad”.
El caso modelo de equilibrio
A fines de la década de 1990, Almirante Brown vendió la perrera móvil y canceló el arancel para retirar animales de los caniles. También impulsó, entre las primeras medidas, una ordenanza no eutanásica para prohibir el sacrificio de callejeros sanos. En 2022, el municipio cuenta con un espacio específico para felinos y asegura que implementar el programa de equilibrio poblacional no requiere de grandes presupuestos.
Foto: Gobierno de Almirante Brown.
La experiencia terminó convirtiéndose en una política de Estado que hoy busca ser replicada en otras latitudes. Las ciudades argentinas de Funes (Santa Fe) y Crespo (Entre Ríos) ya aplican la estrategia de Almirante Brown. Gualeguaychú, Saladillo, General Villegas, La Plata, Rosario, Bariloche, Tandil, Luján y localidades de Catamarca y La Costa también avanzan en tratativas con la Red de Políticas Públicas.
En enero de 2022, la sede browniana de Zoonosis recibió la visita de Flor García, una veterinaria mexicana que intenta poner en marcha el programa en San Juan del Río, en Querétaro. “En México no existe ninguna política pública como esta. Nuestro objetivo es incorporar muchos conocimientos para llevarlos a mi país y poder implementar el trabajo que se realiza en Brown”, dijo la profesional a Clarín.
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Foto principal: Gobierno de Almirante Brown.
Redacción +Comunidad.