democracia
Por Juan Martín de Chazal,
coordinador de +COMUNIDAD
El salón principal de la Fundación Navarro Viola, en Buenos Aires, se convirtió en un espacio donde resonaron distintos acentos que reflejaban una amplia diversidad geográfica. Voces de Argentina, Costa Rica, Perú, Chile, Brasil, Uruguay y Paraguay confluyeron durante dos días para tratar una preocupación común: la democracia y sus desafíos actuales en América Latina.
Desde el inicio, la propuesta fue clara: pensar soluciones con perspectiva local. Elisenda Ballesté Buxó, coordinadora de proyectos de Global Democracy Coalition (GDC), dejó planteada una idea que atravesó todas las conversaciones posteriores. “Este encuentro en Buenos Aires nos permite continuar la conversación global sobre los desafíos democráticos, pero desde nuestra propia realidad. No podemos permitir que las respuestas sean diseñadas desde afuera, desconectadas de nuestras experiencias y necesidades”, planteó.
En ese contexto, Inés Reineke, directora de Innovación Global en RIL, abrió el foro con una invitación concreta: “En momentos donde la democracia aparece vulnerada, sobran ejemplos inspiradores en la región. Las redes de cambio son una herramienta potente de participación. Nuestra propuesta es pasar a la acción”.
En el centro del escenario principal se destacó una silla intervenida y vacía, símbolo del espíritu participativo del encuentro. Durante las dos jornadas, cualquier persona podía subir espontáneamente y sumar su voz al diálogo. La propuesta surtió efectos y se utilizó en numerosas ocasiones.
Redes de cambio para pasar a la acción
Precisamente, la metodología “Redes de Cambio”, impulsada por RIL, atravesó distintos momentos del evento. Se trata de espacios que conectan líderes locales con diferentes actores de la sociedad para impulsar la gobernanza colaborativa y la cocreación de soluciones.
“Gracias a las redes de cambio generamos conversaciones nuevas que no se habrían generado sin una participación estratégica”, valoró Josaphat Jarpa, de la Fundación Crescendo (Chile) durante uno de los talleres dedicados específicamente a esta estrategia. Roberval Almeida, presidente de la ONG Conturia de Brasil, sumó un reto crucial: “El gran desafío no es crear una red, sino mantenerla y hacerla sostenible”. Ambos participaron en ediciones anteriores del Programa de Innovadores Locales.

Fortalecer la democracia desde lo local
Una idea fundamental del encuentro fue que el fortalecimiento democrático no puede darse exclusivamente desde grandes relatos globales, sino principalmente desde el trabajo diario en comunidades locales. Olgui Caballero, directora ejecutiva de Alma Cívica en Paraguay, reforzó esta perspectiva: “¿Cómo podemos transformar la manera en la que se trabaja la democracia? Rescatando lo local. Hay que poner la lupa sobre lo que está pasando en las localidades. Nuestro foco es potenciar ese tesoro que ya existe, conectarlo”.
Coincidió Florencia Caffarone, directora ejecutiva de Democracia en Red, quien recordó que “quienes trabajan en lo local tienen grandes responsabilidades, y su rol es clave para sostener las agendas democráticas”.
Durante ese mismo panel, titulado “Empoderando a la ciudadanía en la toma de decisiones”, Natalia Carfi, directora ejecutiva de Open Data Charter, destacó la importancia de la información accesible como condición necesaria para procesos participativos reales. “Si queremos hablar de procesos participativos, debemos hablar de datos abiertos. No es solo publicar un Excel, es un trabajo interno que debe sostenerse”, puntualizó.
Juventud, confianza y nuevos liderazgos
En el panel inicial “Retos y Oportunidades para las Democracias en América Latina”, Hernán Charosky, coordinador de Dialogando Buenos Aires, alertó sobre la erosión de valores democráticos como un fenómeno que “ya venía ocurriendo”. “Es un proceso que ya estaba en marcha, pero tal vez de manera menos evidente. Hoy se expresa abiertamente. Y vemos que se cuestionan cosas que dábamos por sentado”, apuntó.
“Lo más valioso de la democracia es que es un modo de vida que nos permite desarrollar nuestra vida, nuestros proyectos, con autonomía, a través de la participación. Eso significa también que siempre es un proyecto incompleto que requiere ser ampliado”, añadió el cofundador del proyecto “Disonante”.
Gabriela Vega Franco, directora ejecutiva de Recambio (Perú), complementó esta visión al recordar que “no hay democracia, ni la mínima ni la participativa, sin confianza”. Además, afirmó la urgencia de “nuevos liderazgos plurales capaces de reconstruir esa confianza perdida”.
“La ciudadanía expresa su descontento o desencanto por diferentes mecanismos, desde votos, tuits, charlas con la familia. Pero quienes tenemos la posibilidad y recursos para iniciar ese círculo virtuoso estamos en la posición de asumir un rol activo en la reconstrucción de la confianza pública y reconstrucción de nuestras democracias”, desarrolló la politóloga.
Por su parte, Matías Bianchi, director de Asuntos del Sur, enunció una de las frases más recordadas del evento:“La democracia está en crisis y muy cuestionada. Pero la crisis no es destino. Es un espacio de disputa en el que podemos volver a tomar la iniciativa. El problema es que cuando no avanza, retrocede”.
La participación de jóvenes de diferentes organizaciones y espacios políticos tuvo un espacio protagónico en el panel interactivo “Retos y soluciones para la participación de la juventud”, moderado por Pablo Rolando, coordinador del Diplomado en Gobernabilidad e Innovación Pública (CAF-Banco de Desarrollo). Allí, Diego Jiménez, politólogo y migrante peruano, sintetizó la discusión: “La persona que piensa distinto a mí no es un enemigo por eliminar”.
Democracia e inclusión real
Repensar la democracia desde lo local también significa reconocer diversidades que históricamente no han tenido suficiente visibilidad ni representación política. Así lo planteó Karina Sánchez, del Gobierno de Junín (Buenos Aires), en referencia a las personas con discapacidad. “La democracia no es sólo una forma de gobierno, es un derecho que nos permite expresarnos y construir. Una persona con discapacidad quiere ser parte de la democracia”, manifestó.
Durante el taller “Democracia para todos”, liderado por Karina y Roberval Almeida, se trabajó con un “Mapa de Empatía” para reflexionar sobre la participación democrática de personas históricamente excluidas. La funcionaria de Junín enfatizó especialmente que “la inclusión debe ser real, no solo para cumplir cupos”, señalando además que “la principal barrera para la inclusión es actitudinal” y que la “sociedad debe estar abierta”.
La inclusión digital fue otro eje clave del foro. Magdalena Saieg, directora ejecutiva de Fundación Navarro Viola, durante el panel “Brechas digitales y personas mayores”, afirmó que “los derechos digitales son la puerta para acceder a muchos otros derechos”.
“Creemos que toda persona tiene derecho a ser autónoma. Para eso hay que trabajar en alianza con organizaciones sociales y el Estado. Hay que transformar los prejuicios en oportunidades”, aportó Verónica Capurro, de Inmigrantes Digitales. Gonzalo Straface, director de Economía Plateada en la Subsecretaría de Personas Mayores de la Ciudad de Buenos Aires, enfatizó que “la inclusión de personas mayores debe involucrar tanto al sector privado como a la sociedad civil y el Estado, generando incentivos para una verdadera participación”.

Construir democracia desde la creatividad
El evento también abordó experiencias exitosas de participación ciudadana vinculadas a la seguridad. Cristian Méndez presentó el programa “Ojos en Alerta”, nacido en San Miguel (Buenos Aires), y hoy replicado en 59 ciudades argentinas, como un ejemplo concreto de articulación ciudadana para enfrentar desafíos locales.
Pero la participación no se limitó a exposiciones o presentaciones. Mesas redondas equipadas con marcadores, papeles y materiales creativos se convirtieron en pequeños laboratorios para pensar soluciones concretas en tiempo real. Por ejemplo, el ejercicio del “Mapa de Empatía” ayudó a identificar emociones y necesidades ciudadanas en torno a la democracia, y reveló preocupaciones compartidas en la región.
Otra dinámica particularmente significativa consistió en el trazado de redes con cuerdas, simbolizando físicamente la construcción y fortalecimiento de redes de cambio entre distintos actores. Esta actividad hizo visible la importancia estratégica de sostener vínculos colaborativos más allá de eventos puntuales.
Además, en diversos momentos se realizaron votaciones rápidas para priorizar temas, identificar desafíos comunes y definir próximos pasos, generando un clima participativo que mantuvo activamente involucrados a todos los asistentes.
Como broche final y síntesis visual del encuentro, se compartió en pantalla un diseño estilo doodle realizado por la artista gráfica Lucila Sarquis. Este dibujo, que ilustra esta nota, plasmó de manera creativa, clara y colorida los conceptos, debates y conclusiones principales que emergieron durante los dos días del foro.
Un cierre simbólico con alcance global
Como cierre simbólico, Buenos Aires entregó la antorcha al próximo encuentro global de la GDC que se desarrollará en Nairobi (Kenia) el próximo 28 de marzo. Esta iniciativa, que promueve el intercambio global de ideas y estrategias para fortalecer la democracia, comenzó su ciclo 2025 en Milán (Italia, Europa), el pasado 15 de marzo. Continuó luego en Buenos Aires (Argentina, Américas), los días 19 y 20. El recorrido finalizará el próximo 4 de abril en Bangkok (Tailandia, Asia).
En definitiva, el Foro Américas de la GDC reafirmó que pensar la democracia desde lo local no solo es necesario, sino que es una condición esencial para revitalizarla y adaptarla a los desafíos contemporáneos. Como resumió Ballesté Buxó coordinadora de proyectos en la GDC: “No todo es crisis. América Latina también es un laboratorio de innovación democrática”.
Ilustración principal: Lucila Sarquis.
Fotos en nota: Danila Pagano Bianchini.