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conocimiento
Por Paula Espinosa,
líder de proyecto en RIL
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Uno de los grandes desafíos que atraviesan las ciudades es la urbanización. Los datos indican que más de la mitad de la población mundial habita en las ciudades y, para 2050, este crecimiento llegará al 70%. Sumado a esto, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en su Visión 2025 reflexionó sobre la necesidad de pensar un nuevo paradigma para el uso del espacio público, servicios públicos y vivienda.
Las ciudades deben pensar programas para mejorar la calidad de vida de personas con discapacidad, migrantes, indígenas, afrodescendientes, mujeres, adultos mayores y personas LGBTIQ+, que son colectivos actualmente marginados por los diseños urbanísticos de la modernidad, según sostiene Embajada Abierta.
Conocer el camino que construyeron ciudades para lograr ser inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles, puede resultar útil a aquellos equipos de gobierno que están comprometidos a alcanzar esta meta, el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS nº 11) de Naciones Unidas.
Nacer en ciudades inclusivas
Lamentablemente, uno no elige dónde nacer y cuando las oportunidades son escasas, las ciudades tienen la responsabilidad de generarlas. De eso se trata una ciudad inclusiva, de aquella que brinda oportunidades y mejores condiciones de vida reconociendo y atendiendo a las múltiples desigualdades con criterios de interseccionalidad.
“Darles una base sólida desde el comienzo” fue el lema de campaña de un programa que creó el gobierno de la ciudad de Siaya, Kenia. El equipo identificó que muchos cuidadores no sentían la necesidad de desarrollar las bases del aprendizaje sobre los niños y niñas durante los primeros mil días. Esto se veía exacerbado en los cuidadores masculinos. Para revertir esta situación crearon “Nyathi En Mwandu” (“Un niño es riqueza” en swhili) enfocado a incorporar rituales de desarrollo cerebral en rutinas diarias, incluyendo formas de jugar, hablar y sostener a los niños desde el primer día.
En San Justo, Santa Fe, Argentina, surge el Programa “Acompañar” con el propósito de generar oportunidades a las personas adultas que nacieron allí. Este programa desarrolla proyectos que persiguen la generación de vínculos integrales a través del acompañamiento educativo, cultural y deportivo. Los objetivos específicos varían según cada realidad territorial.
Generar localidades sin barreras
Una ciudad inclusiva también es una ciudad accesible, con espacios que eliminan barreras arquitectónicas, económicas, comunicativas y cognitivas. Los datos reflejan que más de 1.000 millones de personas en todo el mundo tienen uno o más tipos de discapacidad y el Banco Interamericano de Desarrollo afirma que la forma en la que están diseñadas las ciudades, hace que a las personas con discapacidades estén impedidas de participar plenamente de ellas.
Para mejorar las infraestructuras peatonales y garantizar que las personas puedan desplazarse fluidamente, la Alcaldía de Bogotá junto con la CAF crearon “Bogotá al Derecho”. Esta iniciativa liderada por la Secretaría de Movilidad busca determinar una hoja de ruta para lograr 100% accesibilidad universal en la infraestructura peatonal, la conectividad con el Sistema Distrital de Cuidado y el Sistema Distrital de Parques.
En Medellín la vinculación entre el arte, la música, la formación y los alumnos con discapacidades se generó a través de la capacitación a docentes de la Red de Escuelas de Música de Medellín. Esto lo hace el equipo Discapacidad de la Alcaldía por medio de “laboratorios de pedagogías inclusivas para la Neurodiversidad que son espacios de formación y creación, que tienen por objetivo enriquecer el desarrollo de niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos con discapacidad, bajo la orientación y acompañamiento de artistas formadores y educadores especiales.”
Emigrar a una ciudad inclusiva
Necesariamente una ciudad inclusiva debe garantizar igualdad de derechos y participación para todos y todas, incluidas las personas más marginalizadas como pueden ser refugiados o inmigrantes. En Bruselas, existe un programa de capacitación en habilidades tecnológicas para mejorar la integración de personas migrantes. Se trata de “Digital Welcome” un curso de capacitación que brinda oportunidades para practicar el idioma local, mejorar las habilidades digitales y conocer gente nueva. El programa fue desarrollado por capacitadores expertos y se basa en más de 50 buenas prácticas, recopiladas y analizadas en la etapa de diseño.
Por otro lado, en Madrid existe un programa municipal de capacitación que emplea a personas migrantes en el rol de dinamizadores que actúan como mediadores entre el gobierno local y las comunidades con el fin de promover la conciencia ambiental. Cuidemos Centro es el nombre de esta iniciativa y los dinamizadores se encargan de elaborar informes sobre limpieza y de realizar campañas de sensibilización con actores comerciales. Su tarea es informar y dinamizar para promover la conciencia ambiental y la correcta gestión de los residuos en el Centro de Madrid.
Envejecer en ciudades inclusivas
Atender las necesidades de toda la población ayuda a mejorar la calidad de vida y cuando se trata de adultos mayores es importante identificar cómo acompañarlos mejor. En Chile, la municipalidad de Las Condes relevó que el 22% de su población son adultos mayores y dos de cada diez de ellos presentan problemas de movilidad por la avanzada edad. Ante este panorama creó el “Subsidio Tina” que ofrece la adaptación del baño para que este sea un lugar más seguro y accesible, por ejemplo retirando una bañera tradicional para convertirla en una ducha adaptada.
De manera más integral, Santiago de Cali, Colombia cuenta con la Política Pública de Envejecimiento y Vejez 2017-2027 que se creó a partir de un proceso participativo. Tiene como objetivo construir una cultura del envejecimiento activo y saludable. Lo innovador es que integra los servicios dirigidos a la población adulta mayor en un solo espacio denominado Centro de Atención al Adulto Mayor con un modelo integral de atención que ofrece servicios como asesorías jurídicas, capacitaciones en artes y oficios, atención psicosocial y familiar, protección integral, entre otras.
Un objetivo, ¡más inclusión!
En Indonesia, la ciudad de Banjarmasin se impulsó el Movimiento de Ciudades Inclusivas que es una iniciativa de múltiples partes interesadas que busca promover la inclusión social y mejorar la accesibilidad en la ciudad al reducir la brecha de datos de discapacidad de la ciudad, desarrollar proyectos piloto participativos y mejorar la participación comunitaria en el proceso.
Impulsar la inclusión es priorizar y trabajar por las necesidades del colectivo LGBTI, como lo hizo la ciudad de Medellín que creó la Política Pública LGBTI, integrada por el componente de vida digna que contempla el acceso a la salud, educación, trabajo digno, goce del espacio público, integridad y seguridad personal. El segundo componente es el de organización y participación que tiene como líneas estratégicas el fortalecimiento de organizaciones y el fomento de liderazgos. Por último, se encuentra el componente de comunicación e información, integrado por sistemas de información, gestión del conocimiento y sistematización de experiencias y comunicación pública de este colectivo. La finalidad es el reconocimiento de la diversidad sexual e identidades de género, para la protección, restablecimiento, atención y garantía de derechos de las personas lesbianas, gay, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGTBIQ+) del Municipio de Medellín.
Pensar en ciudades para todos y que nadie quede atrás debería ser el lema detrás de cada objetivo propuesto por los gobiernos locales. Como vimos, son numerosas las ideas que los gobiernos locales pueden tomar para generar inclusión espacial, social y económica.