En Vitoria-Gasteiz, considerada una de las ciudades más sostenibles de España, el espacio público invita a practicar ejercicio físico. Hay más de 200 instalaciones deportivas y la población –cerca de 250.000 habitantes– es partícipe en el diseño de proyectos. Por ejemplo, en 2018 se inauguraron las primeras pistas de parkour construidas gracias a los presupuestos participativos. Mediante ese mismo sistema, se diseñó un parque intergeneracional al aire libre que hoy abarca a todo un barrio.
Este municipio vasco también es reconocido por promover el ocio activo en familia mediante una amplia oferta de actividades físicas y fomentar la movilidad sostenible. En ese sentido, su principal característica amigable con el deporte es la existencia de un “anillo verde” de más de 30 kilómetros que conecta 10 parques periurbanos. Así, la ciudadanía puede conectar con la naturaleza y practicar senderismo, running y ciclismo.
“El entorno urbano puede convertirse en un aliciente o en una rémora a la hora de animar a sus residentes para la práctica de actividades físicas y abandonar el sedentarismo”, destaca Verónica Palomo, especialista en salud. Y si bien la existencia de espacios verdes amplios facilita la práctica deportiva –puntualiza–, es la elección de modelo de ciudad el que invita a la población a ejercitarse.
“Se trata de acercar el deporte a las personas. Ya sea haciendo posible una mayor proximidad entre instalaciones deportivas, creando espacios públicos multifuncionales que fomenten el ocio o desarrollando ciudades más sostenibles”, ejemplifica. Entonces, son los gobiernos locales los que deben tener la capacidad de poner en práctica políticas públicas que lo hagan posible.
El deporte como integración social
Está demostrado que el ejercicio físico causa múltiples beneficios para la salud física y mental. Pero también tiene impactos positivos en la comunidad. “Desde un punto de vista social, el deporte facilita las relaciones sociales, canaliza la necesidad de confrontación y la agresividad, y estimula la sensibilidad y creatividad. Además, ofrece una contribución al mejoramiento del clima social y fomenta la participación social, rompiendo con las barreras de clase”, remarca el blog Conexión Esan.
Siguiendo esa línea, las actividades deportivas también pueden funcionar como una herramienta de integración social. En 2021, la ciudad argentina de Mendoza firmó un convenio de colaboración con la Fundación Empate para promocionar el fútbol para personas con síndrome de Down. Así, la Municipalidad espera instalar escuelas y gimnasios tanto en espacios públicos como privados.
En Buenos Aires, el programa Deporte Inclusivo busca promover la práctica deportiva con enfoques integradores en el sur de la ciudad. “Se favorece el desarrollo saludable de las personas y el ejercicio de valores positivos en la comunidad con la sana ocupación de los espacios públicos”, afirman en el gobierno porteño.
Retos en el diseño urbano
En 2021, un estudio elaborado por la empresa deportiva Reebok analizó a más de 60 ciudades para establecer cuáles son las más activas y “fitness” del mundo. El ranking tuvo en cuenta factores como la asistencia a gimnasios, el porcentaje de uso de bicicletas, la existencia de infraestructuras y otros valores relacionados con el ambiente.
Las ciudades mejor puntuadas, como Ámsterdam (Países Bajos) y Oslo (Suecia), comparten características en común: gran parte de la población se traslada sobre dos ruedas y tiene acceso a una gran variedad de espacios verdes en donde ejercitarse.
Sin embargo, no todas los centros urbanos pueden permitirse –al menos en un corto plazo– esas bondades. “En muchas ciudades consolidadas, el coste del suelo y las restricciones urbanísticas pueden restringir la creación de nuevos espacios públicos. Una respuesta ha sido hacer uso de los llamados ‘espacios mientras tanto’: áreas en desarrollo o en espera de autorización para un cambio de uso”, expone un artículo de la revista Sports Pro.
A modo de ejemplo: “En ciudades de todo el mundo, los tejados y callejones sin salida se han reinventado como canchas compactas, siguiendo cómo los jóvenes suelen improvisar y jugar en donde encuentran espacio. Ese entorno se presta perfectamente a versiones no tradicionales de los deportes tradicionales: baloncesto 3×3, por ejemplo, o fútbol callejero en espacios reducidos”.
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Imagen principal: El parque intergeneracional de Lakua es fruto del programa ‘Mejorando Vitoria-Gasteiz hobetuz’. Foto: Rafa Gutiérrez.
Redacción +Comunidad.