Germán Weiss se define como un amante del campo y como una persona que siempre tuvo inquietudes comunitarias. Desde su rol empresarial, ha participado en numerosos proyectos de impacto social en América, su ciudad natal, y se ha dedicado a tender puentes entre el sector público y el privado. En mayo de 2023, deja la presidencia de la Comisión Directiva de la Red de Innovación Local (RIL), una experiencia a la que califica como “de increíble crecimiento personal”.
¿Qué tienen que tener un gobierno local y el empresariado para ser innovadores? ¿Cuáles son las principales barreras a la hora de introducir medidas transformadoras y cómo se pueden superar? Tras repasar varias acciones en el partido de Rivadavia (19.800 habitantes, provincia de Buenos Aires, Argentina), Germán responde estas preguntas y muchas más. Finalmente, se detiene para reflexionar acerca de la búsqueda de soluciones y dejar un mensaje de inspiración.
1) ¿Qué iniciativas de articulación público-privada puede destacar en su ciudad? Usted, como empresario, impulsó varios proyectos.
– Lo primero que quisiera remarcar es que no soy yo solamente, sino que hay un grupo de personas importantes, diría líderes, que van rotando y que ponen sobre sus hombros alguna iniciativa. Y el resto acompaña y ayuda, por supuesto. Y la primera acción importante que tuvimos, en el seno de CREA, fue formar una fundación para la creación de un colegio 100% privado. Se llama “Nuevo Surco”, que empezó en el año 1991. Fue una iniciativa muy linda. Yo participé del grupo fundador y estuve en el Consejo de Administración 10 años. Es uno de los logros más importantes de mi vida. Cuando me preguntan de qué estoy orgulloso, digo que de haber participado de eso. No desde un rol protagónico, sino más bien de acompañamiento.
Esto nació de un congreso CREA en 1989, donde el profesor Alfredo Van Gelderen nos planteó que había que involucrarse en la educación. Queríamos que nuestros hijos y las próximas generaciones tuvieran una educación mejor. Hoy ya es la tercera o cuarta generación de líderes que manejan el colegio, y ya no son miembros CREA. Lo bueno es que ha perdurado en el tiempo sin la presencia de los fundadores.
También hay dos acciones institucionalizadas muy relevantes. Uno de los líderes de la fundación del colegio también fue el fundador del CEFER, que es el Centro para la Formación de Emprendedores de Rivadavia. Es una institución público-privada abocada a generar emprendedores y a trabajar con ellos. Y esto derivó a su vez en el CES, que es el Centro de Estudios Superiores, con la idea de tener la universidad más cerca en nuestra ciudad. Entonces se empezó a traer carreras universitarias, terciarias y de especialización. Logramos un convenio con la Facultad de Agronomía de Buenos Aires para que los tres primeros años se puedan cursar en América. Y ahora estamos por hacer también otro acuerdo público-privado y vamos a generar un centro de experimentación agropecuaria acá. Todo esto fue un proceso que llevó 15 años.
Otra cosa importante fue cuando hace 8 años generamos una nueva cooperadora para el hospital local. Y formamos una asociación civil que se llama “Mejor Salud para Rivadavia”, que es una ONG privada que colabora fuertemente con las instituciones sanitarias del partido.
Después hemos hecho un montón de iniciativas más chicas, menos institucionalizadas. Desde ayudar en la crisis de 2001 y ahora en la pandemia también. Los productores, con la Sociedad Rural y con la municipalidad, todos trabajando en conjunto. Por ejemplo, los productores aportaban novillos, la Municipalidad los faenaba y se encargaba de distribuirlos. Fueron colaboraciones público-privadas que también sirvieron de experiencia, para bajar barreras y generar confianza. Desde el año 2004, invitamos a funcionarios, intendentes y referentes de la oposición a los congresos regionales de CREA. También los invitamos a ver las producciones y a que se interioricen de las realidades. Todo para ir generando vínculos más fuertes, que nos podamos conocer y bajar barreras de los dos lados. Esa es la gran cuestión.
2) ¿Cómo definiría a un gobierno local innovador? ¿Cuál es el rol del sector privado?
– Yo creo que los gobiernos innovadores son los que solucionan problemas. Hay muchos paradigmas establecidos y sesgos que son los que hay que romper para solucionar problemas y para facilitar cosas. Y creo que hay que mirar las cosas desde otro lugar para generar cambios significativos. Volviendo a lo que hablábamos de la interacción público-privada, creo que lo más importante es que hay mucha gente en el sector privado que quiere ayudar y no sabe cómo. Si uno va a la historia, antes existía mucho el famoso “no te metás”. Nos pasó cuando hicimos el colegio “Nuevo Surco” entre los 80 y los 90. Y hoy no es tan así.
Entonces un gobierno innovador, desde ese punto de vista, es el que sale a escuchar e invita a participar. Y desde el sector privado hay que ser proactivos. Entonces hay que juntar las partes en ámbitos donde se pueda generar confianza y conocerse porque hay mucho para aprender de los dos lados. Uno desde el sector privado puede creer que todo es muy fácil para hacer en el gobierno, pero cuando empieza a interactuar con la parte pública ve lo complicado que es. Por eso, trabajando juntos se potencian de una gran manera.
3) ¿Qué se puede hacer desde las dirigencias para que las personas sientan ganas de involucrarse en las transformaciones y el crecimiento de sus ciudades?
– Primero tiene que haber honestidad en la dirigencia, tanto en la parte pública como en la privada. Es la base para que alguien se quiera involucrar. Uno participa porque se siente escuchado y siente que puede participar, y para eso hay que escuchar mucho también. Es un ida y vuelta. Cuando uno siente que puede hacer cosas que mejoran y que cambian el medio donde vive, se incentiva mucho la participación. Si, en cambio, te llaman a reuniones donde te explican lo que van a hacer y no me dejan involucrarme, te ahuyentan en lugar de invitarte.
Entonces creo que desde los gobiernos locales hay que invitar y escuchar. Y desde lo privado hay que involucrarse y ser proactivo. Muchas veces uno no sabe cómo. Contactarse con RIL es una buena forma, porque tiene un montón de herramientas que acercan soluciones. Me parece que es una buena puerta de entrada para ser proactivos y ayudar.
4) ¿Qué hay que tener en cuenta para innovar, tanto en el sector público como en el privado? ¿Cuáles son las principales barreras y cómo cree que se pueden superar?
– Como dije, las barreras claramente son los paradigmas, los prejuicios y los sesgos. Se trata de cambiar la idea de, por ejemplo: “Esto siempre se hizo así; para este trámite hay que llenar 400 papelitos porque es así…”. Para poder innovar, yo creo que hay que arriesgarse, hay que analizar, mirar las cosas desde otro lado, analizar los costos/beneficios y hay que tomar riesgo. No hay duda, uno cuando innova toma un riesgo. Cuanto más pensado y analizado, menor es el riesgo.
También es importante mirar desde otro lado y cuestionar. Yo soy mucho de analizar y preguntar: “¿Por qué esto es así? ¿Por qué tengo que llevar el papel? ¿Para qué sirve?” Y ahí uno se da cuenta de que existen un montón de trámites y cosas que existen “por las dudas” y que en realidad están poniendo un freno a un montón de acciones que hacen que tu pueblo vaya más despacio de lo que podría, y que perjudican a mucha gente.
Y para innovar también hay que mirar las cosas con mirada amplia, tanto en el sector público como en el privado. Porque también pasa mucho en empresas privadas chicas y grandes. Hay que pensar cómo esas trabas afectan al que está del otro lado y qué se puede hacer para facilitar las iniciativas. Esa mirada amplia muchas veces no está y cuando aparece hay innovación. Una de las trabas más grandes es creer que las cosas ya están establecidas, que son así y listo.
5) ¿Cómo llegó a la presidencia de RIL? ¿Qué aprendizajes le dejó estos dos años?
– Tengo la suerte de conocer a RIL casi desde sus inicios. Organizamos un viaje de formación de intendentes y productores en conjunto a la zona agro de Estados Unidos. Con otro productor nos contactamos con RIL para recibir asistencia. Resultó una experiencia muy enriquecedora, donde interactuamos con Delfina Irazusta. Eso llevó a dos viajes más parecidos, que ya se hicieron en conjunto entre RIL y AACREA. Luego me sumé a la Comisión Directiva de la organización como vocal, y en mayo de 2021 asumí la presidencia que se termina ahora en mayo de 2023.
Puedo decir que he aprendido y me ha enriquecido un montón. Vi lo complejo que es ser funcionario público y tratar de hacer las cosas bien, y conocí un montón de gente valiosísima. Es un universo muy amplio; aprendo con todas las herramientas, como escuchar el podcast “Un Puente” y leer +Comunidad. Todo mi pasaje y mi presidencia en RIL han sido una experiencia espectacular. El lema en mi vida es aprender y crecer, y esto me ha dado una plataforma de aprendizaje y de crecimiento personal.
6) ¿Cómo se definiría? ¿Cómo le explicaría a un niño de 10 años qué es lo que hace?
— Es complicado porque he tenido diferentes etapas en mi vida. Primero voy a decir que yo quisiera que la gente me reconozca como un buen tipo, como una buena persona. Todas las cosas que hago son con buena intención; por supuesto que a veces no me saldrá, pero eso es lo que busco. De ahí, yo soy un amante del campo desde chico. Mi abuelo era mayordomo de una estancia y yo iba al campo de mi tío. De ahí nació mi amor por el campo. Estudié Veterinaria y después me dediqué a la administración agropecuaria.
Pero siempre tuve inquietudes así comunitarias, más allá de mi empresa. Primero las canalicé vía CREA, participando en la ONG AACREA, dedicando mucho tiempo a tratar de devolver algo de todo lo que me daba. Es una ONG donde los productores trabajan 100% ad honorem. Y después soy un empresario agropecuario que produce carne, leche y granos en campos propios y alquilados, y que tiene mirada social. Pero no soy un asistente social; yo trato de buscarle la solución a los problemas sociales, creo que desde un punto de vista distinto a lo que lo busca la municipalidad.
Y por eso creo que el aporte o las miradas distintas son valiosísimas. Siempre pongo una botella en el medio y le pregunto al intendente o al funcionario: “¿Qué estás viendo vos?” Y por ahí está viendo a parte de atrás, el contenido líquido y yo estoy viendo otra cosa adelante. Así nos damos cuenta de que somos complementarios. Hoy diría que mi tiempo lo invierto más tiempo en lo público que en la empresa. Con RIL, el hospital, el CEFER, siempre de alguna manera en CREA y algunas iniciativas más.
Y para terminar diría que soy un constructor de relaciones. Me dedico a generar puentes y trato de generar ambientes donde se maximice el potencial de las personas.
7) ¿De dónde salen sus ideas para experimentar nuevas soluciones? ¿A qué le gustaría hallar una solución?
– Bueno, el proceso creativo es difícil de definir. Creo que en la observación, en el análisis y en la búsqueda de soluciones me aparecen muchas veces ideas. También normalmente me aparecen cuando estoy tranquilo o cuando tengo tiempo libre, que me da espacio para mirar para atrás, para adelante, para el costado. Y así analizar: “¿Por qué esto es así? ¿Por qué está pasando esto? ¿Qué estamos haciendo mal? ¿Por qué?” Todo eso me genera ideas.
¿Y qué me gustaría solucionar? Hoy me gustaría poder difundir y conseguir que esto que estamos logrando en América y en Rivadavia se multiplique: se puede trabajar público y privado conjuntamente para generar ciudades de oportunidades, como dice RIL. Y no tengo dudas de que eso va a llevar a un país de oportunidades. Porque veo el potencial que tiene, y no solamente veo el potencial, sino que veo hechos y realidades.
8) Para cerrar, ¿qué mensaje le gustaría dejar?
– Eso mismo. Veo todo lo que se podría hacer cuando se trabaja público y privado en conjunto. Desde los gobiernos hay que invitar a más gente. En buenos proyectos se suma mucha gente y nacen cosas innovadoras, y hay un potencial increíble para transformar ciudades. Y voy a dejar una frase que no es mía, sino del intendente de Rivadavia (Javier Reynoso), que la dijo en el coloquio de IDEA: “No es público y/o privado, sino que son comunidades que resuelven problemas”. Y cuando una comunidad quiere hacer algo, no la para nadie.
Rivadavia en Ciudades del Conocimiento
Mientras avanza la transición directiva, Germán Weiss decidió impulsar al gobierno de Rivadavia para que sea parte del programa Ciudades del Conocimiento de RIL. “Es una gran oportunidad para que los municipios participen y aprovechen todas las herramientas basadas en evidencia que se ofrecen. Hay que evitar que la diaria en los gobiernos locales no den lugar a estas iniciativas de mejora en el largo plazo”, consideró.
¿Tenés una historia para contar sobre tu pueblo o ciudad? En +Comunidad nos gustaría conocerla y publicarla. Contactanos.
Foto principal: Germán Weiss. LinkedIn.
Por Juan Martín de Chazal,
Redacción +Comunidad.