¿Por qué la malnutrición es tan alta en un territorio con gran potencial agrícola como Jewrwa, en la Sierra Nevada de Santa Marta? Esta inquietud llevó a referentes de la comunidad Arhuaca y de la fundación colombiana Soydoy a ingeniar una propuesta novedosa, que fue premiada entre las tres mejores en el Concurso de Innovadores Locales 2021. La solución incluye la creación de nuevos tejidos sociales que promueven de manera sostenible la seguridad alimentaria y colocan a la mujer como protagonista.
Según cifras de referentes sociales, al menos 7 de cada 10 personas sufren de malnutrición en esta área serrana de Valledupar. En el poblado habitan 430 familias que viven de la agricultura de autoconsumo, pero con escasa variedad de opciones para plantar y comer. Así, el proyecto procura que la comunidad reciba mayor formación en seguridad alimentaria para sembrar alimentos y preparar recetas diversas que permitan una mejor calidad nutricional.
Para lograrlo, propusieron la creación de “Ísuyas”, que en la lengua nativa de Jewrwa significa “tejedora”. Se trata de espacios de confianza, sanación y fortalecimiento del tejido social. “Se facilitarán conversaciones en las cocinas de los hogares, que ayudarán a tejer relaciones de confianza entre las mujeres, aumentando sus redes de apoyo, por medio del intercambio de experiencias y saberes”, puntualiza la presentación de la iniciativa.
Empoderamiento femenino
“Vemos que el rol de la mujer es importante dentro de las familias como responsable de la preparación de alimentos y cuidadora de huertas, pero a la vez aparece como poco relevante, visible y valorado entre la población. Nuestra propuesta parte de darle relevancia a su papel y tomarlo como punto de palanca por medio de la realización de espacios de confianza, las Ísuyas, en los cuales haya escucha activa y sororidad. Se trata de construir tejido social alrededor de las cocinas como espacio de sanación para así combatir la inseguridad alimentaria”, explicó Andrea Escobar, cofundadora de Soydoy.
La solución también incluye la creación de un semillero y la organización de eventos, como festivales gastronómicos, donde las familias puedan compartir nuevas recetas con la comunidad. Otra de las problemáticas identificadas en Jewrwa es que no existen demasiados lazos de amistad entre la población. Y una de las conclusiones de la fundación es que esa falta de redes de apoyo es una de las causas raíces de la inseguridad alimentaria.
“Las mujeres serán protagonistas dentro de las Ísuyas y también como promotoras comunitarias; serán verdaderas agentes de cambio para replicar los modelos en otros poblados ahuarcos. Nuestra meta es llegar a 300 mujeres en 18 meses por medio de la reproducción de las Ísuyas”, planteó Escobar a fines de 2021. “Se trata de una solución innovadora y distributiva que promueve un cambio sistémico por medio del rol de la mujer en la comunidad Ahuarca, y basa su sostenibilidad en el empoderamiento que tendrán tanto en sus familias como en su alrededor”, añadió la emprendedora social.
Búsqueda de consensos
Las redes de cambio –definió Andrea Escobar– sirvieron para incluir la visión de la mujer como agente de cambio de la comunidad. Y fue tras un proceso de diálogo activo y búsqueda de consensos. “Con este proceso hicimos las paces con la comunidad y con el problema, entendiendo que su abordaje tenía que cambiar. Eso ya fue ganador. Formamos un equipo diverso de muchas perspectivas. El Concurso de Innovadores Locales llegó cuando necesitábamos un cambio, nos sirvió para pensar sobre nosotros mismos en sus proyectos locales a futuro”, reflexionaron las integrantes del equipo de Soydoy.
Los nuevos espacios de construcción de confianza, sanación y fortalecimiento comunitario para promover la seguridad alimentaria nutricional en las sierras de Valledupar ya se encuentran en marcha y en busca de financiamiento. El proyecto espera que el 75% de las mujeres en Jewrwa se adhieran a las Ísuyas y, de esta manera, disminuir su malnutrición en un 20% en los primeros 8 meses.